Por Jorge Zavaleta Alegre
Los fabricantes de armas son tambi茅n fabricantes de conflictos y de grandes corruptelas. Mientras, la miseria crece en Am茅rica Latina y la acumulaci贸n de riqueza se concentra en pocos grupos empresariales con sede en Espa帽a, China y Norteam茅rica.
Sudam茅rica mantiene niveles de pobreza y de pobreza extrema muy elevados. Sin embargo esta parte del mundo es vista como un potencial mercado para los principales pa铆ses productores de armas. Datos interesantes son: el baj铆simo consumo de pastas dent铆fricas y altos niveles de ceguera en los pueblos andinos o “Territorios en fuga”, en comparaci贸n con la demanda concentrada en determinados sectores de las “modernas” ciudades “globalizadas”
Considerando que la mayor parte de la disminuci贸n de la pobreza se ha registrado en China, los progresos en el resto del mundo no han sido muy alentadores. Ahora en el 2011, el aumento de precios de los alimentos, de los combustibles y la crisis financiera y econ贸mica mundial han empeorado el drama universal. El armamentismo nos sigue acosando, en tanto aumentan los marginales con su cultura de la urgencia.
Veamos un caso emblem谩tico en Sud Am茅rica. El acuerdo de paz de Itamarat铆 entre Ecuador y Per煤, a fines del siglo pasado, fue acompa帽ado de un entusiasta acuerdo regional de constituir un fondo de 3 mil millones de d贸lares. La administraci贸n de esos recursos prometidos fue asignada al Banco Interamericano de Desarrollo, instituci贸n que olvid贸 su funci贸n tanto por su permanente inercia y por la de los pa铆ses oferentes. La 煤nica obra binacional, financiada por la Uni贸n Europea, es una moderna v铆a de 40 kil贸metros, en tanto centenas de proyectos ecua peruanos siguen archivados en los ministerios de ambos pa铆ses para proseguir, por ejemplo, las cuencas de Puyango -Tumbes.
La verdad es que los gastos regionales en armamentismo se han incrementado empezando por Brasil que ha iniciado el mayor programa de adquisiciones b茅licas y una industria nacional de armamento de nivel mundial. Venezuela ha aumentado el comercio militar con Mosc煤 y China.
Chile, con su Ley Reservada del Cobre y por los alt铆simos precios internacionales de este mineral, desde hace quince a帽os tiene un gasto militar creciente. El Per煤, en base a regal铆as de los lotes 56 y 88 del gas de Camisea, cre贸 el N煤cleo B谩sico Eficaz, que es absolutamente insuficiente, si se trata de intentar un sistema defensivo cre铆ble y disuasivo.
El “Plan Colombia” ha ubicado a este pa铆s como el segundo Ej茅rcito m谩s numeroso de Sud Am茅rica con un excelente equipamiento y una fuerza aerom贸vil muy moderna. Colombia tiene el liderazgo ejecutivo del BID, a un ex embajador en los EEUU que sirvi贸 de nexo entre el gobierno de Bush y el de Uribe. Este jefe de Estado no logr贸 su reelecci贸n presidencial, pero si azuz贸 un conflicto fronterizo con Venezuela para “justificar” el establecimiento en Colombia de bases militares norteamericanas.
Visita de Ban Ki-Moon
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante su reciente y corta visita oficial al Per煤, despu茅s del Ecuador, ha comprometido el voto peruano para su reelecci贸n en el cargo y al mismo tiempo ha respaldado la reiterada propuesta de limitar el armamentismo.
La propuesta tiene la solidaridad de todos los pueblos, pero en la pr谩ctica ninguna de las instituciones internacionales pasa a la acci贸n. La banca multilateral, que integra el Sistema de la ONU, nunca ha intentado condicionar sus pr茅stamos en proporci贸n a determinados 铆ndices de corrupci贸n o compra de armamentos, como tampoco tuvo el coraje de “predecir” o anunciar la hecatombe del sistema financiero en NorteAm茅rica y Europa, crisis que es tratada ahora con exuberantes fondos p煤blicos.
Presidentes y altos ejecutivos del BM, BID, Banco de Europa y del Asia responden a la prensa que a煤n sus directorios no les han dado la autorizaci贸n para limitar el cr茅dito en funci贸n de pol铆ticas restrictivas en compras de armas. El armamentismo no es enfrentado de manera directa sino se disfraza.
El a帽o 2000 en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, todos los estados miembros se comprometieron a avanzar en las sendas de la paz y el desarrollo humano. Esa Declaraci贸n deriv贸 en la aprobaci贸n de 8 Objetivos:
“Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Lograr la ense帽anza primaria universal. Promover la igualdad entre los g茅neros y la autonom铆a de la mujer. Reducir la mortalidad infantil. Mejorar la salud materna. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Y fomentar una asociaci贸n mundial para el desarrollo”
Los Jefes de Estado se comprometieron a alcanzar los ODM, inclusive con metas precisas. Llegaremos al 2015, y ning煤n pa铆s habr谩 cumplido cuantitativamente con su compromiso.
Llaves y condecoraciones. Ban Ki-moon recibi贸 durante su visita las llaves de la ciudad de Lima, de parte de su alcaldesa Susana Villar谩n, fue declarado Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Marcos y fue condecorado por el presidente Alan Garc铆a con la orden al M茅rito por Servicios Distinguidos, en el grado de Gran Cruz.
Abrumado por los gestos de las instituciones peruanas, el representante de la ONU, en respuesta a la hospitalidad de sus autoridades, se pronunci贸 ante los alumnos de la Academia Diplom谩tica por la defensa del derecho de los pueblos ind铆genas a ser escuchados y a la reducci贸n de los gastos militares en la regi贸n. La visita concluy贸 con su participaci贸n en la entrega de los Premios Amartya Sen, a 100 J贸venes sobresalientes.
El Secretario General de la ONU aprovech贸 su visita para hablar de las grandes prioridades de las Naciones Unidas, destacando el cambio clim谩tico, la igualdad de oportunidades para la juventud, el manejo sostenible de los recursos naturales, la pobreza, los objetivos del milenio y las potencialidades que tiene el Per煤.
Otros antecedentes
Las conferencias internacionales de 2002 sobre la Financiaci贸n para el Desarrollo en M茅xico, sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo y las siguientes Cumbres y foros han tenido como agenda com煤n hacer frente a la crisis alimentaria y la crisis econ贸mica de los 煤ltimos tres a帽os.
Si se usa como patr贸n esa ingenua la l铆nea internacional de pobreza de “1 d贸lar por d铆a” del Banco mundial, que se cita con tanta frecuencia y que en 2008 fue sustituida por el valor de 1,25 d贸lares por d铆a a precios de 2005, en 2005 hab铆a todav铆a 1.400 millones de personas que viv铆an en condiciones de pobreza extrema.
Estamos a solo cinco a帽os hasta el vencimiento del plazo fijado en 2015 respecto a las Metas del Milenio, la posibilidad de no llegar a alcanzarlos por falta de compromiso es muy real. Si fracasa esa promesa mundial se multiplicar谩n los peligros que acechan al mundo: inestabilidad, violencia, epidemias, deterioro ambiental y crecimiento demogr谩fico descontrolado.
El impacto devastador del cambio clim谩tico est谩 cada vez m谩s cerca de sus habitantes, en especial de los m谩s vulnerables. Varios pa铆ses han obtenido resultados positivos en la lucha contra la pobreza extrema y el hambre, la mejora de la matr铆cula escolar y la salud infantil. Pero no son suficientes.
El acceso al agua apta para el consumo, el tratamiento del VIH, de la salud mental y la lucha contra la malaria, la tuberculosis y las enfermedades tropicales registran d茅ficit alarmantes en algunos de los pa铆ses m谩s pobres, que no pueden darse el lujo de gastar en armas los recursos que necesitan para esos problemas acuciantes.
Los fabricantes de armas son tambi茅n fabricantes de conflictos y de grandes corruptelas. Mientras, la miseria crece en Am茅rica Latina y la acumulaci贸n de riqueza se concentra en pocos grupos empresariales con sede en Espa帽a, China y Norteam茅rica.
Sudam茅rica mantiene niveles de pobreza y de pobreza extrema muy elevados. Sin embargo esta parte del mundo es vista como un potencial mercado para los principales pa铆ses productores de armas. Datos interesantes son: el baj铆simo consumo de pastas dent铆fricas y altos niveles de ceguera en los pueblos andinos o “Territorios en fuga”, en comparaci贸n con la demanda concentrada en determinados sectores de las “modernas” ciudades “globalizadas”
Considerando que la mayor parte de la disminuci贸n de la pobreza se ha registrado en China, los progresos en el resto del mundo no han sido muy alentadores. Ahora en el 2011, el aumento de precios de los alimentos, de los combustibles y la crisis financiera y econ贸mica mundial han empeorado el drama universal. El armamentismo nos sigue acosando, en tanto aumentan los marginales con su cultura de la urgencia.
Veamos un caso emblem谩tico en Sud Am茅rica. El acuerdo de paz de Itamarat铆 entre Ecuador y Per煤, a fines del siglo pasado, fue acompa帽ado de un entusiasta acuerdo regional de constituir un fondo de 3 mil millones de d贸lares. La administraci贸n de esos recursos prometidos fue asignada al Banco Interamericano de Desarrollo, instituci贸n que olvid贸 su funci贸n tanto por su permanente inercia y por la de los pa铆ses oferentes. La 煤nica obra binacional, financiada por la Uni贸n Europea, es una moderna v铆a de 40 kil贸metros, en tanto centenas de proyectos ecua peruanos siguen archivados en los ministerios de ambos pa铆ses para proseguir, por ejemplo, las cuencas de Puyango -Tumbes.
La verdad es que los gastos regionales en armamentismo se han incrementado empezando por Brasil que ha iniciado el mayor programa de adquisiciones b茅licas y una industria nacional de armamento de nivel mundial. Venezuela ha aumentado el comercio militar con Mosc煤 y China.
Chile, con su Ley Reservada del Cobre y por los alt铆simos precios internacionales de este mineral, desde hace quince a帽os tiene un gasto militar creciente. El Per煤, en base a regal铆as de los lotes 56 y 88 del gas de Camisea, cre贸 el N煤cleo B谩sico Eficaz, que es absolutamente insuficiente, si se trata de intentar un sistema defensivo cre铆ble y disuasivo.
El “Plan Colombia” ha ubicado a este pa铆s como el segundo Ej茅rcito m谩s numeroso de Sud Am茅rica con un excelente equipamiento y una fuerza aerom贸vil muy moderna. Colombia tiene el liderazgo ejecutivo del BID, a un ex embajador en los EEUU que sirvi贸 de nexo entre el gobierno de Bush y el de Uribe. Este jefe de Estado no logr贸 su reelecci贸n presidencial, pero si azuz贸 un conflicto fronterizo con Venezuela para “justificar” el establecimiento en Colombia de bases militares norteamericanas.
Visita de Ban Ki-Moon
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante su reciente y corta visita oficial al Per煤, despu茅s del Ecuador, ha comprometido el voto peruano para su reelecci贸n en el cargo y al mismo tiempo ha respaldado la reiterada propuesta de limitar el armamentismo.
La propuesta tiene la solidaridad de todos los pueblos, pero en la pr谩ctica ninguna de las instituciones internacionales pasa a la acci贸n. La banca multilateral, que integra el Sistema de la ONU, nunca ha intentado condicionar sus pr茅stamos en proporci贸n a determinados 铆ndices de corrupci贸n o compra de armamentos, como tampoco tuvo el coraje de “predecir” o anunciar la hecatombe del sistema financiero en NorteAm茅rica y Europa, crisis que es tratada ahora con exuberantes fondos p煤blicos.
Presidentes y altos ejecutivos del BM, BID, Banco de Europa y del Asia responden a la prensa que a煤n sus directorios no les han dado la autorizaci贸n para limitar el cr茅dito en funci贸n de pol铆ticas restrictivas en compras de armas. El armamentismo no es enfrentado de manera directa sino se disfraza.
El a帽o 2000 en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, todos los estados miembros se comprometieron a avanzar en las sendas de la paz y el desarrollo humano. Esa Declaraci贸n deriv贸 en la aprobaci贸n de 8 Objetivos:
“Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Lograr la ense帽anza primaria universal. Promover la igualdad entre los g茅neros y la autonom铆a de la mujer. Reducir la mortalidad infantil. Mejorar la salud materna. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Y fomentar una asociaci贸n mundial para el desarrollo”
Los Jefes de Estado se comprometieron a alcanzar los ODM, inclusive con metas precisas. Llegaremos al 2015, y ning煤n pa铆s habr谩 cumplido cuantitativamente con su compromiso.
Llaves y condecoraciones. Ban Ki-moon recibi贸 durante su visita las llaves de la ciudad de Lima, de parte de su alcaldesa Susana Villar谩n, fue declarado Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Marcos y fue condecorado por el presidente Alan Garc铆a con la orden al M茅rito por Servicios Distinguidos, en el grado de Gran Cruz.
Abrumado por los gestos de las instituciones peruanas, el representante de la ONU, en respuesta a la hospitalidad de sus autoridades, se pronunci贸 ante los alumnos de la Academia Diplom谩tica por la defensa del derecho de los pueblos ind铆genas a ser escuchados y a la reducci贸n de los gastos militares en la regi贸n. La visita concluy贸 con su participaci贸n en la entrega de los Premios Amartya Sen, a 100 J贸venes sobresalientes.
El Secretario General de la ONU aprovech贸 su visita para hablar de las grandes prioridades de las Naciones Unidas, destacando el cambio clim谩tico, la igualdad de oportunidades para la juventud, el manejo sostenible de los recursos naturales, la pobreza, los objetivos del milenio y las potencialidades que tiene el Per煤.
Otros antecedentes
Las conferencias internacionales de 2002 sobre la Financiaci贸n para el Desarrollo en M茅xico, sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo y las siguientes Cumbres y foros han tenido como agenda com煤n hacer frente a la crisis alimentaria y la crisis econ贸mica de los 煤ltimos tres a帽os.
Si se usa como patr贸n esa ingenua la l铆nea internacional de pobreza de “1 d贸lar por d铆a” del Banco mundial, que se cita con tanta frecuencia y que en 2008 fue sustituida por el valor de 1,25 d贸lares por d铆a a precios de 2005, en 2005 hab铆a todav铆a 1.400 millones de personas que viv铆an en condiciones de pobreza extrema.
Estamos a solo cinco a帽os hasta el vencimiento del plazo fijado en 2015 respecto a las Metas del Milenio, la posibilidad de no llegar a alcanzarlos por falta de compromiso es muy real. Si fracasa esa promesa mundial se multiplicar谩n los peligros que acechan al mundo: inestabilidad, violencia, epidemias, deterioro ambiental y crecimiento demogr谩fico descontrolado.
El impacto devastador del cambio clim谩tico est谩 cada vez m谩s cerca de sus habitantes, en especial de los m谩s vulnerables. Varios pa铆ses han obtenido resultados positivos en la lucha contra la pobreza extrema y el hambre, la mejora de la matr铆cula escolar y la salud infantil. Pero no son suficientes.
El acceso al agua apta para el consumo, el tratamiento del VIH, de la salud mental y la lucha contra la malaria, la tuberculosis y las enfermedades tropicales registran d茅ficit alarmantes en algunos de los pa铆ses m谩s pobres, que no pueden darse el lujo de gastar en armas los recursos que necesitan para esos problemas acuciantes.