A pesar de la feroz oposici贸n de pueblos ind铆genas, movimientos sociales y cient铆ficos, IBAMA concedi贸 la licencia medioambiental el 1 de junio, lo que supone que el consorcio Norte Energia podr谩 comenzar los trabajos de construcci贸n.
COIAB, una alianza que representa a muchas organizaciones ind铆genas de la Amazonia brasile帽a, ha dicho que “rechaza vehementemente y con profunda indignaci贸n la decisi贸n de IBAMA”, y ha declarado que el Gobierno no acepta el di谩logo con los pueblos ind铆genas y trata sus intereses con “un autoritarismo nunca antes visto en nuestra joven democracia… Lo que de verdad quiere con su modelo de desarrollo es destruir a las comunidades ind铆genas”.
Advierte de que “el movimiento ind铆gena amaz贸nico est谩 preparado, nuestra fortaleza es el r铆o Xing煤”.
La determinaci贸n del Gobierno de seguir adelante le pese a quien le pese va en contra de la legislaci贸n nacional e internacional.
La fiscal铆a federal de Brasil present贸 una demanda legal contra la presa y en mayo la Comisi贸n Interamericana de Derechos Humanos pidi贸 a las autoridades brasile帽as que consultaran a todas las comunidades ind铆genas que se ver谩n afectadas por la presa antes de comenzar la construcci贸n, de acuerdo con la legislaci贸n brasile帽a e internacional.
La Comisi贸n tambi茅n inst贸 a Brasil a adoptar “medidas exhaustivas” para proteger las vidas de los ind铆genas no contactados de la zona y para evitar que se propaguen enfermedades.
La Asociaci贸n Antropol贸gica de Brasil ha expresado su consternaci贸n en un comunicado en el que asegura que la licencia recoge 75 condiciones, pero “no hay en ella menci贸n de las poblaciones ind铆genas ni proyectos medioambientales dirigidos a dichas poblaciones”.
El Movimento Xingu Vivo para Sempre, una gran alianza de movimientos sociales y medioambientales en la regi贸n del r铆o Xing煤, ha declarado en un comunicado: “No cederemos ni un cent铆metro. Con cada error, con cada mentira, crecen nuestra indignaci贸n y nuestra fuerza para luchar”.
De construirse, Belo Monte ser铆a la tercera presa m谩s grande del mundo, y destruir铆a m谩s de 1.500 kil贸metros cuadrados de tierra, adem谩s de reducir la pesca y el agua dulce de las que depende la supervivencia de varios pueblos ind铆genas de la zona.
COIAB, una alianza que representa a muchas organizaciones ind铆genas de la Amazonia brasile帽a, ha dicho que “rechaza vehementemente y con profunda indignaci贸n la decisi贸n de IBAMA”, y ha declarado que el Gobierno no acepta el di谩logo con los pueblos ind铆genas y trata sus intereses con “un autoritarismo nunca antes visto en nuestra joven democracia… Lo que de verdad quiere con su modelo de desarrollo es destruir a las comunidades ind铆genas”.
Advierte de que “el movimiento ind铆gena amaz贸nico est谩 preparado, nuestra fortaleza es el r铆o Xing煤”.
La determinaci贸n del Gobierno de seguir adelante le pese a quien le pese va en contra de la legislaci贸n nacional e internacional.
La fiscal铆a federal de Brasil present贸 una demanda legal contra la presa y en mayo la Comisi贸n Interamericana de Derechos Humanos pidi贸 a las autoridades brasile帽as que consultaran a todas las comunidades ind铆genas que se ver谩n afectadas por la presa antes de comenzar la construcci贸n, de acuerdo con la legislaci贸n brasile帽a e internacional.
La Comisi贸n tambi茅n inst贸 a Brasil a adoptar “medidas exhaustivas” para proteger las vidas de los ind铆genas no contactados de la zona y para evitar que se propaguen enfermedades.
La Asociaci贸n Antropol贸gica de Brasil ha expresado su consternaci贸n en un comunicado en el que asegura que la licencia recoge 75 condiciones, pero “no hay en ella menci贸n de las poblaciones ind铆genas ni proyectos medioambientales dirigidos a dichas poblaciones”.
El Movimento Xingu Vivo para Sempre, una gran alianza de movimientos sociales y medioambientales en la regi贸n del r铆o Xing煤, ha declarado en un comunicado: “No cederemos ni un cent铆metro. Con cada error, con cada mentira, crecen nuestra indignaci贸n y nuestra fuerza para luchar”.
De construirse, Belo Monte ser铆a la tercera presa m谩s grande del mundo, y destruir铆a m谩s de 1.500 kil贸metros cuadrados de tierra, adem谩s de reducir la pesca y el agua dulce de las que depende la supervivencia de varios pueblos ind铆genas de la zona.
