Costa Rica, Uruguay y Georgia escalaron muchos pelda帽os en sus indicadores sociales mientras mantuvieron reducidas a menos de la mitad del promedio mundial por habitante sus emisiones de di贸xido de carbono, el principal de los gases de efecto invernadero.
Un par de docenas de pa铆ses tienen un rendimiento algo mayor que esos tres en el 脥ndice de Capacidades B谩sicas (ICB) publicado hoy por la red mundial de organizaciones de la sociedad civil Social Watch, en las v铆speras de los d铆as internacionales de lucha contra el hambre (domingo 16) y la pobreza (lunes 17). Uno de cada cuatro pa铆ses del planeta pertenece al privilegiado grupo en los que muere menos de uno de cada 100 ni帽os y ni帽as antes de cumplir cinco a帽os de edad, todos los partos son atendidos por personal calificado y todos los ni帽os y ni帽as en edad escolar reciben educaci贸n, los tres indicadores que componen el ICB.
Pero la mayor铆a de esos pa铆ses emiten grandes cantidades de di贸xido de carbono porque consumen combustibles f贸siles a niveles muy por encima del promedio mundial, de 4,5 toneladas por habitante y por a帽o: en el caso de Europa, duplican ese promedio, y en el de Am茅rica del Norte, lo cuadruplican.
Del otro lado de la escala, una cincuentena de pa铆ses sobreviven sin consumir m谩s del equivalente a una tonelada de carb贸n al a帽o por persona, pero su rendimiento en t茅rminos de indicadores sociales impide a la poblaci贸n de esas naciones vivir con un m铆nimo de dignidad humana. “Hay pa铆ses que bajaron su mortalidad infantil a niveles similares a los de Estados Unidos, pero con una d茅cima parte de sus emisiones de gases invernadero”, dijo Roberto Bissio, coordinador de Social Watch. “Por lo tanto, no debemos creer que una mejor calidad de vida requiere patrones de consumo y producci贸n que destruyan el ambiente.”
Al combinar en una gr谩fica los indicadores sociales con las emisiones de di贸xido de carbono, Social Watch dej贸 en evidencia viejos problemas bajo una nueva luz: con el mismo nivel de emisiones que Noruega, el ICB de Sud谩frica es similar al de Indonesia, que consume cinco veces menos combustibles f贸siles.
“Entre 1990 y 2000, el 铆ndice mejor贸 cinco puntos (de 79 a 84), en tanto las emisiones mundiales per c谩pita de di贸xido de carbono disminuyeron de 4,3 a 4,1 toneladas. En la primera d茅cada del siglo XXI, las emisiones mundiales aumentaron a 4,6 toneladas per c谩pita, pero los indicadores sociales solo subieron tres puntos”, explic贸 Bissio. “El auge econ贸mico de la primera d茅cada del siglo no aceler贸 a los indicadores sociales, pero s铆 aceler贸 la destrucci贸n”, resumi贸.
Como ejemplo de esa tendencia, China duplic贸 sus emisiones de di贸xido de carbono, hasta alcanzar actualmente las cinco toneladas, pero solo avanz贸 dos puntos en la escala del ICB. Pero en la 煤ltima d茅cada del siglo, el pa铆s asi谩tico hab铆a progresado tres puntos con un aumento de menos de 20% en sus emisiones.
Bissio record贸 lo declarado por los jefes de Estado y de gobierno reunidos hace 20 a帽os en la Cumbre de la Tierra, celebrada en Rio de Janeiro: “Las causas principales de que contin煤e el deterioro del medio ambiente mundial son los patrones insostenibles de consumo y producci贸n, particularmente en los pa铆ses industrializados […] que agravan la pobreza y las disparidades”. Si algunos pa铆ses lograron vivir con dignidad sin sofocar la atm贸sfera, otros tambi茅n pueden hacerlo. “El desarrollo sustentable y la justicia social no son lujos que nos podremos dar cuando seamos ricos. Existe el modo de vivir bien sin destruir al planeta ni la vida misma”, concluy贸.
Un par de docenas de pa铆ses tienen un rendimiento algo mayor que esos tres en el 脥ndice de Capacidades B谩sicas (ICB) publicado hoy por la red mundial de organizaciones de la sociedad civil Social Watch, en las v铆speras de los d铆as internacionales de lucha contra el hambre (domingo 16) y la pobreza (lunes 17). Uno de cada cuatro pa铆ses del planeta pertenece al privilegiado grupo en los que muere menos de uno de cada 100 ni帽os y ni帽as antes de cumplir cinco a帽os de edad, todos los partos son atendidos por personal calificado y todos los ni帽os y ni帽as en edad escolar reciben educaci贸n, los tres indicadores que componen el ICB.
Pero la mayor铆a de esos pa铆ses emiten grandes cantidades de di贸xido de carbono porque consumen combustibles f贸siles a niveles muy por encima del promedio mundial, de 4,5 toneladas por habitante y por a帽o: en el caso de Europa, duplican ese promedio, y en el de Am茅rica del Norte, lo cuadruplican.
Del otro lado de la escala, una cincuentena de pa铆ses sobreviven sin consumir m谩s del equivalente a una tonelada de carb贸n al a帽o por persona, pero su rendimiento en t茅rminos de indicadores sociales impide a la poblaci贸n de esas naciones vivir con un m铆nimo de dignidad humana. “Hay pa铆ses que bajaron su mortalidad infantil a niveles similares a los de Estados Unidos, pero con una d茅cima parte de sus emisiones de gases invernadero”, dijo Roberto Bissio, coordinador de Social Watch. “Por lo tanto, no debemos creer que una mejor calidad de vida requiere patrones de consumo y producci贸n que destruyan el ambiente.”
Al combinar en una gr谩fica los indicadores sociales con las emisiones de di贸xido de carbono, Social Watch dej贸 en evidencia viejos problemas bajo una nueva luz: con el mismo nivel de emisiones que Noruega, el ICB de Sud谩frica es similar al de Indonesia, que consume cinco veces menos combustibles f贸siles.
“Entre 1990 y 2000, el 铆ndice mejor贸 cinco puntos (de 79 a 84), en tanto las emisiones mundiales per c谩pita de di贸xido de carbono disminuyeron de 4,3 a 4,1 toneladas. En la primera d茅cada del siglo XXI, las emisiones mundiales aumentaron a 4,6 toneladas per c谩pita, pero los indicadores sociales solo subieron tres puntos”, explic贸 Bissio. “El auge econ贸mico de la primera d茅cada del siglo no aceler贸 a los indicadores sociales, pero s铆 aceler贸 la destrucci贸n”, resumi贸.
Como ejemplo de esa tendencia, China duplic贸 sus emisiones de di贸xido de carbono, hasta alcanzar actualmente las cinco toneladas, pero solo avanz贸 dos puntos en la escala del ICB. Pero en la 煤ltima d茅cada del siglo, el pa铆s asi谩tico hab铆a progresado tres puntos con un aumento de menos de 20% en sus emisiones.
Bissio record贸 lo declarado por los jefes de Estado y de gobierno reunidos hace 20 a帽os en la Cumbre de la Tierra, celebrada en Rio de Janeiro: “Las causas principales de que contin煤e el deterioro del medio ambiente mundial son los patrones insostenibles de consumo y producci贸n, particularmente en los pa铆ses industrializados […] que agravan la pobreza y las disparidades”. Si algunos pa铆ses lograron vivir con dignidad sin sofocar la atm贸sfera, otros tambi茅n pueden hacerlo. “El desarrollo sustentable y la justicia social no son lujos que nos podremos dar cuando seamos ricos. Existe el modo de vivir bien sin destruir al planeta ni la vida misma”, concluy贸.