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En nombre de la libertad, otras caras del sensacionalismo

OPINI脫N de Jorge Zavaleta Alegre   

¿Por qu茅 las empresas period铆sticas concentran hoy su mirada en el Per煤, al igual que en otros pa铆ses latinoamericanos, donde los proyectos democr谩ticos tratan de superar viejas estructuras y convencionalismos del poder tradicional?

Este mes, Lima es sede de una asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa-SIP, del encuentro la Asociaci贸n Internacional de Radiodifusi贸n – AIR y referente de publicaciones econ贸micas, preocupadas por la presunta inseguridad de la inversi贸n privada, pero excluyen el sensacionalismo como el peor enemigo de los derechos humanos, empezando por la Libertad de Prensa.

El din谩mico escenario internacional ha incentivado un nuevo amarillismo noticioso, liderado por la televisi贸n de se帽al abierta. El cierre de uno de los diarios del imperio Murdoch, ha puesto en el debate el ejercicio de la libertad y recobran actualidad los antecedentes del magnate norteamericano William Randolph Hearst (1863-1951), desnudado en “Ciudadano Kane”, una de las obras maestras de la historia del cine, y que Hearst prohibi贸 que se mencione en sus peri贸dicos el estreno de la pel铆cula.

"You provide me with the photographs, and I'll provide you with the war" – (Usted sumin铆streme las ilustraciones, que yo le suministrar茅 la guerra). Fue la elocuente respuesta de Hearst al dibujante del ''Journal'', R茅mington, quien desde La Habana a finales de 1897 telegrafi贸 a su jefe dici茅ndole: "Todo est谩 en calma. No hay problemas. No habr谩 guerra".

Este pasaje adquiere mayor connotaci贸n cuando el editor del “Journal”, Richard Harding Davis, tras la publicaci贸n de los dibujos de R茅mington, dijo que nunca hab铆a visto que Herst llamara la atenci贸n o sancionara a los autores de noticias falsas y el se alej贸 para siempre de este empresario, que alcanz贸 lugares privilegiados en la vida pol铆tica y financiera de los EEUU.

Pero no s贸lo las palabras escritas son sensacionalistas. Desde la d茅cada del noventa en el Per煤 se ha instaurado el g茅nero policial como forma y fondo de la pantalla chica, con el af谩n deliberado de subestimar o silenciar acontecimientos de inter茅s colectivo, en desmedro de la 茅tica y los valores de la convivencia social.

"Si no pasa nada, tendremos que hacer algo para remediarlo: inventar la realidad", afirmaba W.R Hearst, quien demostr贸 que la prensa pod铆a ser un terrible poder al que hab铆a que tomarlo muy en cuenta en la pol铆tica y en los negocios.

Los mensajeros del sensacionalismo han impuesto un gui贸n, que inclusive los pol铆ticos m谩s l煤cidos y honestos no encuentran mecanismos para proteger la esencia de la Libertad de Prensa. El pa铆s no es solo una lista de hechos policiales y de inseguridad ciudadana. Pues queda una salida: en aras del pluralismo econ贸mico, corresponde a los medios p煤blicos convertirse en tribunas m谩s abiertas y no ser administrados exclusivamente por el Estado sino con participaci贸n ciudadana.

El Consejo Nacional de los Derechos Humanos – CNDH ha solicitado la colaboraci贸n a la prensa para que el Per煤 participe en la elaboraci贸n del Plan Nacional de Derechos Humanos para el 2011-2016, que debe incluir entre otros puntos, la adecuaci贸n de la legislaci贸n peruana a las convenciones de derechos humanos suscritas. El tema de la prensa es vital sobre todo en esta 茅poca en que la cibern茅tica va restando vigencia a las fuentes convencionales.

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