OPINI脫N de V铆ctor Hugo Robles
Todo parti贸 un 22 de abril de 1973 en la Plaza de Armas de Santiago. Ese d铆a, durante la 煤ltima Semana Santa de la Unidad Popular con Salvador Allende en el poder, un grupo de travestis prostibulares decidi贸 romper el silencio y protestar por el abuso policial reinante, demandando por vez primera derechos civiles no contemplados en la revoluci贸n socialista, entre ellos, el matrimonio homosexual. El asombro p煤blico y la represi贸n no se hizo esperar. Al otro d铆a la polic铆a busc贸 a los organizadores de la protesta por cielo, mar y tierra, mientras la prensa escrita los enviaba al infierno de sodomitas pecadores, tildando a las protagonistas del hist贸rico mitin de “locas perdidas ansiosas de publicidad”. Particularmente efusiva result贸 la redacci贸n homof贸bica del popular diario CLARIN que, parad贸jicamente, s铆 estuvo firme, pero contra el pueblo homosexual. La primera manifestaci贸n homo - sexual result贸 ser el 煤ltimo grito de libertad en medio de un in茅dito proceso de transformaci贸n pol铆tico – cultural que no logr贸 sintonizar con las nacientes voces de la disidencia sexual en Chile. Para desgraciada de la Raquel, la Eva, la Larguero, la Roman茅, la Jos茅 Caballo, la Vanesa, la “Fresia Soto”, la Confort, la Natacha, la “Peggy Cordero” y la Gitana, j贸venes protagonistas de la inolvidable protesta, el 11 de septiembre de 1973 golpe贸 a todas con su nefasto historial de torturas, muertes y desapariciones. Tuvieron que pasar muchos a帽os para que homosexuales, lesbianas y trans volvieran al ruedo p煤blico armando una pol铆tica e interesante historia manifestante, expresada en coloridas y callejeadas marchas por la diversidad sexual en Chile.
Hoy, 38 a帽os despu茅s, la calle contin煤a siendo el epicentro de la protesta p煤blica y sexual. En estos d铆as ha sido ampliamente difundida en los medios de comunicaci贸n, quiz谩s como nunca, la Marcha por la Diversidad (Sexual), tradicionalmente organizada desde hace 13 a帽os por las hist贸ricas organizaciones MUMS y ACCIONGAY. Esta vez, la amplia cobertura va forzadamente acompa帽ada por la aparici贸n de nuevos actores en el espectro pol铆tico de la diversidad sexual, reordenando -y desordenando- las pol铆ticas y pr谩cticas activistas, as铆 como las demandas y discursos que las sustentan y por qu茅 no decirlo, de las pol铆ticas de alianzas, anunci谩ndose la asistencia a la marcha de parlamentarios de todo el abanico pol铆tico, y como nunca antes, la llamativa asistencia de ministros, concejales y personalidades del gobierno de Sebasti谩n Pi帽era.
En un primer momento la convocatoria a la actividad se denomin贸 “Marcha por la Diversidad Sexual” como todos los a帽os, pero luego se elimin贸 de la promoci贸n p煤blica el t茅rmino “sexual” dejando la convocatoria s贸lo en lo “diverso”, propuesta higi茅nica de la flamante Fundaci贸n Iguales buscando contrabandear su pol铆tica igualitaria y normalizadora en la hist贸rica convocatoria de la diversidad sexual. Este giro implica un retroceso en t茅rminos pol铆ticos y una arremetida conservadora en las pol铆ticas de la disidencia sexual que tiene consecuencias respecto al posicionamiento estrat茅gico del movimiento homo, l茅sbico y trans, porque al desligarse de lo “sexual”, el movimiento de la diversidad deja de dar cuenta del car谩cter diferencial y estigmatizador que est谩 en la base de la discriminaci贸n hacia los grupos disidentes de la heteronormatividad. Si hay alguna desigualdad hacia homos, lesbis y trans, est谩n fundados respecto a sus pr谩cticas sexuales castigadas y disidentes, complementadas con desigualdades y discriminaciones por motivos 茅tnicos, raciales y/o de clase.
El giro impuesto por las “igualadas” implica adoptar y fortalecer como parte de las pol铆ticas del movimiento homo, l茅sbico y trans un programa conservador, igualizante y normalizador, retrocediendo en las conquistas de hist贸ricas batallas sexuales. Al respecto, notable es se帽alar que una de las demandas poco promocionadas, pero valientemente levantadas por el movimiento estudiantil, especialmente de los secundarios, dice relaci贸n con la garant铆a de educaci贸n laica y la inclusi贸n de la educaci贸n sexual en todos los niveles, sumando la diversidad sexual. En ese contexto, si los convocantes a marchar el s谩bado 1 de octubre desde Plaza Italia insisten en la "diversidad" a secas, lo har谩n descontextualizados de las demandas actuales del mayor movimiento social y pol铆tico desde la recuperada democracia en Chile; el movimiento estudiantil y su exquisita revuelta transformadora. Junto con la justa exigencia por derechos a la diversidad sexual, homosexuales, lesbianas y trans debemos hacer propias las demandas por educaci贸n estatal, gratuita, no sexista y sin discriminaci贸n.
La convocatoria a la marchar por la “diversidad”, concepto inscrito en el mercado neoliberal, busca generar un amplio paraguas en donde todos y todas puedan sentirse invitados, incluidos y llamados a actuar – aprovechar, porque “a r铆o revuelto, ganacia de pescadores”. En contrapunto, lo “sexual” como territorio pol铆tico que ofrece disidencias, pol茅micas, tensiones y ejercicios de m煤ltiples libertades, ser谩 siempre un campo bienvenido, minado y animado. Sin apelar abiertamente a los cuerpos deseantes, sin complicitar con el sexo y las sexualidades, la marcha por la diversidad (sexual) quedar谩 imposibilitada de invitar a pecar, gozando y demandando sexo libre en todo Chile.
* V铆ctor Hugo Robles es periodista, activista y ap贸stata, conocido como “El Che de los Gays”, autor de “Bandera Hueca, Historia del Movimiento Homosexual de Chile”.
Todo parti贸 un 22 de abril de 1973 en la Plaza de Armas de Santiago. Ese d铆a, durante la 煤ltima Semana Santa de la Unidad Popular con Salvador Allende en el poder, un grupo de travestis prostibulares decidi贸 romper el silencio y protestar por el abuso policial reinante, demandando por vez primera derechos civiles no contemplados en la revoluci贸n socialista, entre ellos, el matrimonio homosexual. El asombro p煤blico y la represi贸n no se hizo esperar. Al otro d铆a la polic铆a busc贸 a los organizadores de la protesta por cielo, mar y tierra, mientras la prensa escrita los enviaba al infierno de sodomitas pecadores, tildando a las protagonistas del hist贸rico mitin de “locas perdidas ansiosas de publicidad”. Particularmente efusiva result贸 la redacci贸n homof贸bica del popular diario CLARIN que, parad贸jicamente, s铆 estuvo firme, pero contra el pueblo homosexual. La primera manifestaci贸n homo - sexual result贸 ser el 煤ltimo grito de libertad en medio de un in茅dito proceso de transformaci贸n pol铆tico – cultural que no logr贸 sintonizar con las nacientes voces de la disidencia sexual en Chile. Para desgraciada de la Raquel, la Eva, la Larguero, la Roman茅, la Jos茅 Caballo, la Vanesa, la “Fresia Soto”, la Confort, la Natacha, la “Peggy Cordero” y la Gitana, j贸venes protagonistas de la inolvidable protesta, el 11 de septiembre de 1973 golpe贸 a todas con su nefasto historial de torturas, muertes y desapariciones. Tuvieron que pasar muchos a帽os para que homosexuales, lesbianas y trans volvieran al ruedo p煤blico armando una pol铆tica e interesante historia manifestante, expresada en coloridas y callejeadas marchas por la diversidad sexual en Chile.
Hoy, 38 a帽os despu茅s, la calle contin煤a siendo el epicentro de la protesta p煤blica y sexual. En estos d铆as ha sido ampliamente difundida en los medios de comunicaci贸n, quiz谩s como nunca, la Marcha por la Diversidad (Sexual), tradicionalmente organizada desde hace 13 a帽os por las hist贸ricas organizaciones MUMS y ACCIONGAY. Esta vez, la amplia cobertura va forzadamente acompa帽ada por la aparici贸n de nuevos actores en el espectro pol铆tico de la diversidad sexual, reordenando -y desordenando- las pol铆ticas y pr谩cticas activistas, as铆 como las demandas y discursos que las sustentan y por qu茅 no decirlo, de las pol铆ticas de alianzas, anunci谩ndose la asistencia a la marcha de parlamentarios de todo el abanico pol铆tico, y como nunca antes, la llamativa asistencia de ministros, concejales y personalidades del gobierno de Sebasti谩n Pi帽era.
En un primer momento la convocatoria a la actividad se denomin贸 “Marcha por la Diversidad Sexual” como todos los a帽os, pero luego se elimin贸 de la promoci贸n p煤blica el t茅rmino “sexual” dejando la convocatoria s贸lo en lo “diverso”, propuesta higi茅nica de la flamante Fundaci贸n Iguales buscando contrabandear su pol铆tica igualitaria y normalizadora en la hist贸rica convocatoria de la diversidad sexual. Este giro implica un retroceso en t茅rminos pol铆ticos y una arremetida conservadora en las pol铆ticas de la disidencia sexual que tiene consecuencias respecto al posicionamiento estrat茅gico del movimiento homo, l茅sbico y trans, porque al desligarse de lo “sexual”, el movimiento de la diversidad deja de dar cuenta del car谩cter diferencial y estigmatizador que est谩 en la base de la discriminaci贸n hacia los grupos disidentes de la heteronormatividad. Si hay alguna desigualdad hacia homos, lesbis y trans, est谩n fundados respecto a sus pr谩cticas sexuales castigadas y disidentes, complementadas con desigualdades y discriminaciones por motivos 茅tnicos, raciales y/o de clase.
El giro impuesto por las “igualadas” implica adoptar y fortalecer como parte de las pol铆ticas del movimiento homo, l茅sbico y trans un programa conservador, igualizante y normalizador, retrocediendo en las conquistas de hist贸ricas batallas sexuales. Al respecto, notable es se帽alar que una de las demandas poco promocionadas, pero valientemente levantadas por el movimiento estudiantil, especialmente de los secundarios, dice relaci贸n con la garant铆a de educaci贸n laica y la inclusi贸n de la educaci贸n sexual en todos los niveles, sumando la diversidad sexual. En ese contexto, si los convocantes a marchar el s谩bado 1 de octubre desde Plaza Italia insisten en la "diversidad" a secas, lo har谩n descontextualizados de las demandas actuales del mayor movimiento social y pol铆tico desde la recuperada democracia en Chile; el movimiento estudiantil y su exquisita revuelta transformadora. Junto con la justa exigencia por derechos a la diversidad sexual, homosexuales, lesbianas y trans debemos hacer propias las demandas por educaci贸n estatal, gratuita, no sexista y sin discriminaci贸n.
La convocatoria a la marchar por la “diversidad”, concepto inscrito en el mercado neoliberal, busca generar un amplio paraguas en donde todos y todas puedan sentirse invitados, incluidos y llamados a actuar – aprovechar, porque “a r铆o revuelto, ganacia de pescadores”. En contrapunto, lo “sexual” como territorio pol铆tico que ofrece disidencias, pol茅micas, tensiones y ejercicios de m煤ltiples libertades, ser谩 siempre un campo bienvenido, minado y animado. Sin apelar abiertamente a los cuerpos deseantes, sin complicitar con el sexo y las sexualidades, la marcha por la diversidad (sexual) quedar谩 imposibilitada de invitar a pecar, gozando y demandando sexo libre en todo Chile.
* V铆ctor Hugo Robles es periodista, activista y ap贸stata, conocido como “El Che de los Gays”, autor de “Bandera Hueca, Historia del Movimiento Homosexual de Chile”.