OPINIÓN de Jorge Zavaleta Alegre
Magdalena de Cao, un territorio pequeño junto al mar, donde nació la Primera Mujer que conduciría la cultura Moche en el norte del Perú, ha sido transformado, por decisión de sus habitantes, en una experiencia válida de cómo construir la identidad local, una economía estable y un proyecto con respaldo de instituciones públicas, fundaciones privadas, universidades de renombre y la cooperación técnica de múltiples nacionalidades.
La Ruta Moche, que aglutina a los pueblos de Lambayeque, Cajamarca y La Libertad, encuentra en Magdalena de Cao un ejemplo de integración del mundo andino.
Cuatro o cinco décadas atrás, los dueños de los latifundios azucareros y los banqueros, veían a la Arqueología una actividad cuasi enemiga del desarrollo. En Magdalena de Cao, parecía que el tiempo se hubiera detenido. Pues ahora, piedra y barro, casas de adobe y calles empedradas, las Huacas Prieta, Cortada y Cao Viejo, comienzan a tener vida. Sus antiguos y nuevos moradores, en memoria de la Dama de Cao, han reconstruido una leyenda y una historia sobre un reino de paz y bienestar, donde el matriarcado supo articular, con el amor y la disciplina, un mundo de ensueño y prosperidad.
El pueblo de Magdalena de Cao ha recuperado su iglesia, la casona republicana, sus fiestas y la adoración a la Virgen. Ha construido un centro de artesanía que lleva el nombre de Tierra Mía.
Mediante un sistemático trabajo de más de dos décadas, sus pobladores han logrado organizarse en torno a desafíos para superar la complejidad del largo del tiempo.
Se trata de una lección, cuyas bondades no deberían quedarse en un hecho aislado. Magdalena de Cao ofrece al visitante una armoniosa síntesis entre la restauración arqueológica de El Brujo y una variada artesanía con insumos del mar, arcillas y plantaciones azucareras. También una gastronomía que conserva la chicha fermentada, la maceración de los pescados; y prácticas de chamanería y curanderismo.
La cooperación internacional en países emergentes muestra una gama de “proyectos modelos” que generalmente se agotan cuando concluyen los plazos de ejecución y los desembolsos.
En Magdalena de Cao, sus moradores han pintado sus casas con el color más apropiado, han creado vínculos con pueblos latinoamericanos como San Pedro de Atacama. Funcionan talleres de diseño para tejedoras y capacitación para conservar el Museo de Sitio. La carretera para unir con la Panamericana Norte sigue siendo una promesa incumplida.
Este pueblo ha internalizado su futuro. Minkaperú - Austria y la Corporación Andina de Fomento, representan el más reciente respaldo sistemático. Un singular libro de la biblioteca CAF, con páginas tierra ocre y fotografías blanca y negro, plantea la acción concertadora de gobiernos locales y regionales, Ministerio de Turismo para multiplicar voluntades, en la Rita Moche y otros lugares del Perú.
La Organización de Gestión de Destinos – OGD Cusco-Suiza, lidera y retroalimenta en el sur Andino la experiencia y complejidad de lo que significa vivir cerca de Machu Picchu y habilitar nuevos y atractivos lugares para un creciente turismo sostenible. La OGD desarrolla sus propuestas, conjugando la fina relojería suiza y la enigmática fuerza telúrica de los caminos del Inca.
Magdalena de Cao, un territorio pequeño junto al mar, donde nació la Primera Mujer que conduciría la cultura Moche en el norte del Perú, ha sido transformado, por decisión de sus habitantes, en una experiencia válida de cómo construir la identidad local, una economía estable y un proyecto con respaldo de instituciones públicas, fundaciones privadas, universidades de renombre y la cooperación técnica de múltiples nacionalidades.
La Ruta Moche, que aglutina a los pueblos de Lambayeque, Cajamarca y La Libertad, encuentra en Magdalena de Cao un ejemplo de integración del mundo andino.
Cuatro o cinco décadas atrás, los dueños de los latifundios azucareros y los banqueros, veían a la Arqueología una actividad cuasi enemiga del desarrollo. En Magdalena de Cao, parecía que el tiempo se hubiera detenido. Pues ahora, piedra y barro, casas de adobe y calles empedradas, las Huacas Prieta, Cortada y Cao Viejo, comienzan a tener vida. Sus antiguos y nuevos moradores, en memoria de la Dama de Cao, han reconstruido una leyenda y una historia sobre un reino de paz y bienestar, donde el matriarcado supo articular, con el amor y la disciplina, un mundo de ensueño y prosperidad.
El pueblo de Magdalena de Cao ha recuperado su iglesia, la casona republicana, sus fiestas y la adoración a la Virgen. Ha construido un centro de artesanía que lleva el nombre de Tierra Mía.
Mediante un sistemático trabajo de más de dos décadas, sus pobladores han logrado organizarse en torno a desafíos para superar la complejidad del largo del tiempo.
Se trata de una lección, cuyas bondades no deberían quedarse en un hecho aislado. Magdalena de Cao ofrece al visitante una armoniosa síntesis entre la restauración arqueológica de El Brujo y una variada artesanía con insumos del mar, arcillas y plantaciones azucareras. También una gastronomía que conserva la chicha fermentada, la maceración de los pescados; y prácticas de chamanería y curanderismo.
La cooperación internacional en países emergentes muestra una gama de “proyectos modelos” que generalmente se agotan cuando concluyen los plazos de ejecución y los desembolsos.
En Magdalena de Cao, sus moradores han pintado sus casas con el color más apropiado, han creado vínculos con pueblos latinoamericanos como San Pedro de Atacama. Funcionan talleres de diseño para tejedoras y capacitación para conservar el Museo de Sitio. La carretera para unir con la Panamericana Norte sigue siendo una promesa incumplida.
Este pueblo ha internalizado su futuro. Minkaperú - Austria y la Corporación Andina de Fomento, representan el más reciente respaldo sistemático. Un singular libro de la biblioteca CAF, con páginas tierra ocre y fotografías blanca y negro, plantea la acción concertadora de gobiernos locales y regionales, Ministerio de Turismo para multiplicar voluntades, en la Rita Moche y otros lugares del Perú.
La Organización de Gestión de Destinos – OGD Cusco-Suiza, lidera y retroalimenta en el sur Andino la experiencia y complejidad de lo que significa vivir cerca de Machu Picchu y habilitar nuevos y atractivos lugares para un creciente turismo sostenible. La OGD desarrolla sus propuestas, conjugando la fina relojería suiza y la enigmática fuerza telúrica de los caminos del Inca.