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Rafael Correa, ausente, presidente solidario que cumple su palabra

OPINI脫N de Emilio Mar铆n   

El presidente de Ecuador hab铆a dicho el 5 de abril que si Cuba era excluida de la VI Cumbre, 茅l no participar铆a para no convalidar esa discriminaci贸n. Y ha confirmado que no ir谩 a Cartagena. Por fin un presidente de palabra.

En abril pasado sesion贸 en Caracas la Cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de nuestra Am茅rica (ALBA). Este bloque avanzado del tercermundismo regional est谩 compuesto por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y Granadinas, y Venezuela. El golpe militar en Honduras en 2009 le seccion贸 al noveno socio.

En la cita venezolana se intercambiaron opiniones sobre la VI Cumbre de las Am茅ricas del 14 y 15 de abril en Cartagena de Indias, Colombia. Rafael Correa propuso que si Cuba era excluida, como en las citas anteriores, el conjunto de mandatarios del ALBA no deb铆a participar. La reuni贸n ser铆a con todos, sumada Cuba, o el ALBA estar铆a ausente en se帽al de protesta.

Ra煤l Castro, que no hab铆a propuesto nada sobre el particular, por razones obvias de decoro, agradeci贸 el gesto solidario del ecuatoriano. Hugo Ch谩vez expres贸 que le parec铆a muy apropiada esa postura de Ecuador.

En las semanas siguientes hubo hechos que confirmaron esas sospechas del jefe de Estado de Ecuador. El colombiano Juan Manuel Santos viaj贸 el 8 de marzo a La Habana y dijo a Castro que lamentablemente no hab铆a consenso para invitarlo.

No hab铆a falta ser un lince para ver que Santos actuaba seg煤n el libreto “consensuado” con la administraci贸n Obama. Cuba deb铆a quedar afuera, “con la 帽ata contra el vidrio”, como dice el tango.

Las autoridades de la isla estaban bien preparadas. El canciller Bruno Rodr铆guez realiz贸 una conferencia de prensa y declar贸 que era la “cr贸nica de una exclusi贸n anunciada”.

La no invitaci贸n a Cuba no surgi贸 de los gobiernos derechistas de la regi贸n, que vaya si existen. Colombia, Chile, M茅xico, Panam谩, Guatemala y Honduras son propensos a acompa帽ar la orden que baje de Washington. Y eso ocurri贸: el vicepresidente Joe Biden y la canciller Hillary Clinton hab铆an presionado para que La Habana quedara afuera. De lo contrario la delegaci贸n estadounidense ser铆a la que se ausentara de Cartagena.

Santos no tuvo dudas. Dependiente del Tratado de Libre Comercio con EE UU, aprobado por el Capitolio en octubre de 2011, y con siete bases militares norteamericanas en su territorio, le baj贸 el pulgar al pa铆s socialista.

Cuando qued贸 confirmado que aqu茅l no estaba invitado al Caribe colombiano, las miradas se volvieron sobre el ALBA. ¿Aceptar铆a la propuesta inicial de Correa? Y si decid铆an viajar lo mismo, ¿qu茅 har铆a el l铆der ecuatoriano? ¿Se quedar铆a solo en Quito o tambi茅n har铆a las valijas con el argumento de “no quedar aislado” y “dar la pelea desde adentro”?

Primero el presidente consult贸 a parte de su pueblo durante una concentraci贸n popular en la Plaza de la Independencia, Quito. Y el rugido de la multitud fue que si no la dejaban ir a Cuba tampoco deb铆a asistir Ecuador.

Palabra de Rafael

Durante marzo el l铆der ecuatoriano hizo una gira por Turqu铆a y Espa帽a.

Preguntado que fue sobre la actitud final sobre concurrir o no a Cartagena, sus respuestas fueron indicando que no hab铆a cambiado de postura. El 15 de marzo, estando en Turqu铆a, declar贸: “¿cu谩l es el problema? Que esta cumbre de los estados americanos no cuenta con Cuba, que es un Estado americano. Hablemos claro: ¿Por qu茅 no participa Cuba? Por el bloqueo, el boicot de Estados Unidos”.

O sea que el principal motivo de su ausencia segu铆a siendo la discriminaci贸n contra la patria de Jos茅 Mart铆. Y, sin pelos en la lengua, el ecuatoriano apuntaba directamente contra Washington como responsable principal de esa actitud antidemocr谩tica. Obama era como el patovica que en la puerta del boliche decide qui茅n entra y qui茅n no.

En segundo t茅rmino, en forma muy destacada, Ecuador cuestionaba que la cuesti贸n de las islas Malvinas tampoco iba figurar en el documento final de la VI Cumbre. La presencia de la delegaci贸n norteamericana, socia de Londres, lo iba a vetar. Quiz谩s se ventile en las reuniones y comisiones, como tuvo que aclarar ayer la canciller colombiana Mar铆a 脕ngela Holgu铆n, pero lo m谩s seguro es que no figurar谩 en el documento final.

Y si llegara a entrar all铆, ser谩 con una forma alambicada y ambigua, opinando que Londres y Buenos Aires deben sentarse a negociar, pero sin una clara definici贸n de que las Malvinas son argentinas.

Cada vez que Correa habl贸 de participar o no en la Cumbre de marras, argument贸 la cuesti贸n de Cuba y de las islas del Atl谩ntico Sur. Cuestion贸 que en la cita sean cap铆tulos omitidos que afectan a la regi贸n, como la situaci贸n de las Malvinas, “una colonia inglesa frente a las costas de Argentina, a m谩s de 14.000 kil贸metros de Londres. Si no se tratan esos temas tan trascendentes ¿qu茅 se trata?”.

El ecuatoriano dio en la tecla. El cable del 10/4 de Prensa Latina, desde Cartagena de Indias, informaba: “la VI Cumbre de las Am茅ricas no incluir谩 en su declaraci贸n final el tema de las islas Malvinas, cuya soberan铆a es reclamada por Argentina al Reino Unido. As铆 lo expres贸 en declaraciones a Prensa Latina la canciller colombiana, Mar铆a 脕ngela Holgu铆n, quien consider贸 existe falta de consenso para un pronunciamiento al respecto”.

En este sentido esa reuni贸n ser谩 un paso atr谩s respecto a cumbres y documentos del Mercosur, Unasur, ALBA y CELAC, que s铆 se jugaron por la posici贸n argentina sobre Malvinas. ¿Cu谩l es la diferencia? Muy simple. En esos cuatro 谩mbitos no estaba el imperio norteamericano, aliado de los ingleses; en Cartagena s铆 estar谩 y hablar谩 por boca de serpiente, Obama.

Un d铆a especial

Durante la gira ya mencionada la postura de Quito estaba muy inclinada a alinearse con Cuba y Malvinas, y no ir a una cumbre vac铆a y llena de palabras.

Con un juego dial茅ctico, Correa lo explic贸 muy bien a EFE en Madrid (17/3): “muchas veces la mejor participaci贸n es no participar”. A帽adi贸: “alg煤n d铆a nuestros pueblos nos reclamar谩n que estemos en tantas cumbres y ellos contin煤en en los abismos. Hemos de dar respuestas concretas a los problemas de Am茅rica Latina”.

Santos, por su parte, envi贸 una 煤ltima invitaci贸n al presidente d铆scolo y le dijo el 29 de marzo que lo esperaba en Cartagena con los brazos abiertos (l茅ase el abrazo del oso).

El amigo del TLC y del Comando Sur del Ej茅rcito norteamericano no tuvo 茅xito. Reunir谩 a 32 presidentes, pero hay dos ausentes que rompen la monoton铆a, el llamado consenso (quiz谩s sea otra versi贸n del Consenso de Washington) y el formato de una Cumbre que, como alerta Correa, no da respuesta a los problemas de la regi贸n. Uno es el discriminado Ra煤l Castro, de Cuba. El otro el solidario Correa, que no tiene nada material para ganar y puede ver c贸mo se agravan por esto las campa帽as de las autoridades norteamericanas en su contra. El 2 de abril, fecha malvinera, confirm贸 que no iba a la cumbre incompleta.

Hay muchos presidentes buenos en Am茅rica Latina y el Caribe, por ejemplo los del ALBA. Pero en este tema 谩lgido, en estos dos d铆as (14 y 15 de abril de 2012) s贸lo dos encarnan a plenitud la dignidad y soberan铆a de los pueblos de la Patria Grande. Doble R. Rafael y Ra煤l. Doble C. Correa y Castro.

La actitud del ecuatoriano es doblemente meritoria porque act煤a por convicciones y no por especulaciones o eventuales negocios. La suya es una lecci贸n para muchos de sus colegas, muy pendientes del “plin-caja” en materia de inversiones o comercio para moverse en una u otra direcci贸n.

La l铆nea de Ecuador es tercermundista en lo econ贸mico social. Acaba de terminar en Quito una reuni贸n del Consejo Econ贸mico del ALBA, con participaci贸n de ministros de los ocho pa铆ses socios. El titular del Consejo Econ贸mico, el economista ecuatoriano Diego Borja, declar贸 que se “abord贸 la capitalizaci贸n del Banco del ALBA, la instrumentaci贸n del Sistema 脷nico de Compensaci贸n Regional (Sucre) y el mapa de las mercanc铆as”.

Entre Quito y Washington hay dos cortocircuitos relativamente graves. Uno es porque la potencia hostiga a Correa con el tema de la “libertad de prensa”. Se acusa al gobierno de ser contrario a esa libertad y el canciller Ricardo Pati帽o debi贸 ir a la CIDH a discutir este punto. Su propuesta fue cambiar de sede al organismo, a Panam谩, ya que EE UU no ratific贸 el Tratado de Costa Rica de 1969.

Lejos de retroceder, Ecuador est谩 considerando por estos d铆as una nueva Ley de Comunicaci贸n, que tiene puntos en contacto con la ley democr谩tica de medios de Argentina. Y de all铆, la oposici贸n de los monopolios medi谩ticos, de all谩 y ac谩.

El otro foco de conflicto entre los dos pa铆ses es que la Corte Nacional de Justicia de Ecuador trata ahora la apelaci贸n de la Chevron-Texaco, condenada en dos instancias. La demandada fue condenada a pagar 18.000 millones de d贸lares por da帽os ambientales en la Amazon铆a ecuatoriana.

Hay que ser un presidente de palabra y que pone algo m谩s, para resistir bien las presiones del imperio por causas propias y, encima, tener resto para defender a Cuba y la causa argentina de Malvinas.















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