*Durante los dos días de la Cumbre del G8 en la residencia de Camp David, más de 14.000 niñas y niños habrán muerto como consecuencia de la desnutrición
A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Níger y de algunos donantes para evitar la crisis, las agencias de ayuda humanitaria sólo han recaudado la mitad de lo necesario para atender a la población afectada.
Según un análisis de Save the Children, basado, entre otros datos, en estadísticas del Gobierno de Níger, la mayoría de las familias en las zonas más afectadas no tienen acceso a alimentos suficientes para sobrevivir a la próxima temporada sin ayuda.
“Miles de niños y niñas necesitan tratamiento médico para la desnutrición y se espera que las cifras aumenten a medida que avanza la temporada. La crisis está alcanzando nuevos niveles de gravedad. Muchos niños y niñas están perdiendo la vida a causa del hambre, algo que no podemos aceptar. Debemos trabajar de inmediato para evitar lo peor, que aún está por venir”, explica Sergio Aguado, Coordinador regional de los países de África Subsahariana de Save the Children.
La crisis alimentaria está en la agenda de la reunión del G8 en Camp David, pero desde Save the Children tememos que los líderes del grupo no asuman compromisos concretos para enfrentarse a la desnutrición. Además de las emergencias alimentarias que azotan zonas del este y oeste de África, un cuarto de los niños y niñas de todo el mundo sufren desnutrición crónica, debido en parte a la falta de alimentos asequibles y nutritivos.
“Los niños y niñas necesitan tener no sólo suficientes alimentos sino también suficientes y adecuados nutrientes. De lo contrario tanto su capacidad de aprendizaje como su futuro desarrollo se verán afectados de forma crónica”, añade Aguado.
Millones de niños y niñas no están recibiendo los minerales, vitaminas y nutrientes necesarios en sus primeros años de vida, lo que está limitando su crecimiento físico y mental. “Cerca de 500 millones de niños y niñas podrían sufrir un retraso en su cremiento durante los próximos 15 años debido a la falta de una alimentación adecuada. Es una cifra dramática y los líderes del G8 deben comprometerse firmemente a reducirla de manera drástica” concluye Sergio Aguado.
Desde Save the Children nos hemos dirigido a los líderes del G8 para pedirles que la desnutrición crónica sea un elemento central en cualquier iniciativa que tenga que ver con seguridad alimentaria.
La iniciativa del G8 sobre seguridad alimentaria, firmada en 2009 en L´Aquila, Italia, termina este año y aún no se ha llevado a cabo por completo. Se espera que se anuncie un nuevo paquete de medidas, pero creemos que es probable que esté centrado en proyectos de agricultura destinados a aumentar el volumen de alimentos producidos en lugar de en la calidad nutricional.
La emergencia en Níger es un signo de lo que puede ocurrir si no se ataja la desnutrición antes de que sea tarde. Es necesario actuar de inmediato para reducir la desnutrición y ayudar a que millones de niños y niñas alcancen su máximo potencial.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Níger y de algunos donantes para evitar la crisis, las agencias de ayuda humanitaria sólo han recaudado la mitad de lo necesario para atender a la población afectada.
Según un análisis de Save the Children, basado, entre otros datos, en estadísticas del Gobierno de Níger, la mayoría de las familias en las zonas más afectadas no tienen acceso a alimentos suficientes para sobrevivir a la próxima temporada sin ayuda.
“Miles de niños y niñas necesitan tratamiento médico para la desnutrición y se espera que las cifras aumenten a medida que avanza la temporada. La crisis está alcanzando nuevos niveles de gravedad. Muchos niños y niñas están perdiendo la vida a causa del hambre, algo que no podemos aceptar. Debemos trabajar de inmediato para evitar lo peor, que aún está por venir”, explica Sergio Aguado, Coordinador regional de los países de África Subsahariana de Save the Children.
La crisis alimentaria está en la agenda de la reunión del G8 en Camp David, pero desde Save the Children tememos que los líderes del grupo no asuman compromisos concretos para enfrentarse a la desnutrición. Además de las emergencias alimentarias que azotan zonas del este y oeste de África, un cuarto de los niños y niñas de todo el mundo sufren desnutrición crónica, debido en parte a la falta de alimentos asequibles y nutritivos.
“Los niños y niñas necesitan tener no sólo suficientes alimentos sino también suficientes y adecuados nutrientes. De lo contrario tanto su capacidad de aprendizaje como su futuro desarrollo se verán afectados de forma crónica”, añade Aguado.
Millones de niños y niñas no están recibiendo los minerales, vitaminas y nutrientes necesarios en sus primeros años de vida, lo que está limitando su crecimiento físico y mental. “Cerca de 500 millones de niños y niñas podrían sufrir un retraso en su cremiento durante los próximos 15 años debido a la falta de una alimentación adecuada. Es una cifra dramática y los líderes del G8 deben comprometerse firmemente a reducirla de manera drástica” concluye Sergio Aguado.
Desde Save the Children nos hemos dirigido a los líderes del G8 para pedirles que la desnutrición crónica sea un elemento central en cualquier iniciativa que tenga que ver con seguridad alimentaria.
La iniciativa del G8 sobre seguridad alimentaria, firmada en 2009 en L´Aquila, Italia, termina este año y aún no se ha llevado a cabo por completo. Se espera que se anuncie un nuevo paquete de medidas, pero creemos que es probable que esté centrado en proyectos de agricultura destinados a aumentar el volumen de alimentos producidos en lugar de en la calidad nutricional.
La emergencia en Níger es un signo de lo que puede ocurrir si no se ataja la desnutrición antes de que sea tarde. Es necesario actuar de inmediato para reducir la desnutrición y ayudar a que millones de niños y niñas alcancen su máximo potencial.