Conferencia Internacional sobre Preservación y Digitalización de la UNESCO
EL MERCURIO DIGITAL.- "No podemos construir el futuro si desconocemos el pasado". Esta convicción es la fuerza motriz de la Conferencia Internacional sobre Preservación y Digitalización de la UNESCO, que tendrá lugar entre el 26 y 28 de septiembre de 2012 en Vancouver (Canadá) y cuyo fin es concebir estrategias para preservar nuestro patrimonio, que se documenta cada vez más en soportes electrónicos.
Puesto que la tecnología digital se ha convertido en el principal medio de creación y transmisión del conocimiento, la vulnerabilidad del patrimonio documental en formato digital suscita una gran preocupación. En la era digital, solo unos clics bastan para poner ante nuestros ojos innumerables testimonios del pasado de la humanidad, tales como documentos, grabaciones, películas, videos y fotos. Sin embargo, con la misma facilidad, un problema técnico o un virus informático pueden borrar ese contenido y hacer que la memoria histórica caiga en el olvido.
Cabe preguntarse entonces cuáles son los desafíos que plantea la preservación de documentos digitalizados. A veces, los materiales son demasiado frágiles para ser digitalizados de manera adecuada. Las políticas gubernamentales que no dan suficiente prioridad a la digitalización de documentos pueden tener como consecuencia presupuestos escasos, personal sin formación específica o falta de mantenimiento de los archivos digitales a la hora de actualizar software o hardware. Generalmente, el principal obstáculo es la falta de recursos económicos.
Según Jonas Palm, responsable del Departamento de Preservación de los Archivos Nacionales de Suecia, “en medio del entusiasmo que despierta la digitalización, se suele pasar por alto la cuestión de los costos, especialmente si se trata de costos a largo plazo para mantener vivos los archivos”. Es difícil estimar el presupuesto, pero hay que calcular que, en promedio, un tercio se utilizará en la digitalización, mientras que los otros dos tercios serán destinados a la organización del material, su catalogación y accesibilidad. Otro factor permanente que incide en los costos es la preservación a largo plazo de los objetos digitalizados.
Una vez que el patrimonio se ha digitalizado, se plantea la pregunta de qué tipo de mantenimiento es el adecuado. Según Palm, “Sea cual sea la estrategia que se siga, antes de emprender un proyecto de digitalización a gran escala lo principal es determinar de manera realista el grado de compromiso económico a largo plazo que se puede garantizar, para luego definir una estrategia de preservación acorde. El proceso de planificación debería incluir la estimación de los costos de todas las etapas, a fin de minimizar el riesgo de que un proyecto acabe siendo otro de los tantos agujeros negros digitales”.
La insuficiencia de recursos económicos puede poner en grave peligro las iniciativas destinadas a la preservación digital. Un ejemplo de esta situación es el noticiero cinematográfico latinoamericano del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Producido semanalmente entre 1960 y 1990, constituye el registro existente más completo acerca de la Revolución Cubana. Ofrece una perspectiva histórica tanto de la bipolarización mundial durante la Guerra Fría, como de las guerras de independencia de las colonias africanas y los levantamientos populares. La Cinemateca de Cuba se encargó de reproducir y subtitular los filmes que consideraba importantes, para luego repartirlos entre otros archivos cinematográficos latinoamericanos. Durante la década de 1990, un racionamiento de la electricidad privó a la Cinemateca de los medios necesarios para llevar a cabo lo que se había convertido en una batalla diaria para preservar películas en los países tropicales y hacerlas fácilmente accesibles. Así, imágenes de relevancia histórica, como las que relatan el viaje del Che Guevara a la República del Congo, corren peligro de perderse para siempre.
Una copia digital, a pesar de ser vital para transmitir el pasado de la humanidad a las generaciones futuras, nunca puede captar plenamente o reemplazar al original. No existe mayor condena al racismo que los documentos del juicio de Rivonia, cuyo resultado fue el encarcelamiento de Nelson Mandela por su oposición al apartheid.
Pocas refutaciones del negacionismo del Holocausto son tan elegantes o devastadoras como el cuaderno a cuadros rosa del Diario de Ana Frank. Los documentos originales, reserva de sabiduría intemporal, orientan nuestra búsqueda de un futuro pacífico y sostenible.
EL MERCURIO DIGITAL.- "No podemos construir el futuro si desconocemos el pasado". Esta convicción es la fuerza motriz de la Conferencia Internacional sobre Preservación y Digitalización de la UNESCO, que tendrá lugar entre el 26 y 28 de septiembre de 2012 en Vancouver (Canadá) y cuyo fin es concebir estrategias para preservar nuestro patrimonio, que se documenta cada vez más en soportes electrónicos.
© Gloria T. Valère, Trinidad y Tobago – La colecció n Constantine. Constantine en Dartford, Inglaterra, el 11 de junio de 1950. |
© OOPS, Archivos de fotografías y filmes de refugiados palestinos del OOPS. Una niña refugiada palestina llega con su hermana menor al Puente Allenby, también conocido como el Puente del Rey Hussein |
Según Jonas Palm, responsable del Departamento de Preservación de los Archivos Nacionales de Suecia, “en medio del entusiasmo que despierta la digitalización, se suele pasar por alto la cuestión de los costos, especialmente si se trata de costos a largo plazo para mantener vivos los archivos”. Es difícil estimar el presupuesto, pero hay que calcular que, en promedio, un tercio se utilizará en la digitalización, mientras que los otros dos tercios serán destinados a la organización del material, su catalogación y accesibilidad. Otro factor permanente que incide en los costos es la preservación a largo plazo de los objetos digitalizados.
Una vez que el patrimonio se ha digitalizado, se plantea la pregunta de qué tipo de mantenimiento es el adecuado. Según Palm, “Sea cual sea la estrategia que se siga, antes de emprender un proyecto de digitalización a gran escala lo principal es determinar de manera realista el grado de compromiso económico a largo plazo que se puede garantizar, para luego definir una estrategia de preservación acorde. El proceso de planificación debería incluir la estimación de los costos de todas las etapas, a fin de minimizar el riesgo de que un proyecto acabe siendo otro de los tantos agujeros negros digitales”.
La insuficiencia de recursos económicos puede poner en grave peligro las iniciativas destinadas a la preservación digital. Un ejemplo de esta situación es el noticiero cinematográfico latinoamericano del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Producido semanalmente entre 1960 y 1990, constituye el registro existente más completo acerca de la Revolución Cubana. Ofrece una perspectiva histórica tanto de la bipolarización mundial durante la Guerra Fría, como de las guerras de independencia de las colonias africanas y los levantamientos populares. La Cinemateca de Cuba se encargó de reproducir y subtitular los filmes que consideraba importantes, para luego repartirlos entre otros archivos cinematográficos latinoamericanos. Durante la década de 1990, un racionamiento de la electricidad privó a la Cinemateca de los medios necesarios para llevar a cabo lo que se había convertido en una batalla diaria para preservar películas en los países tropicales y hacerlas fácilmente accesibles. Así, imágenes de relevancia histórica, como las que relatan el viaje del Che Guevara a la República del Congo, corren peligro de perderse para siempre.
Una copia digital, a pesar de ser vital para transmitir el pasado de la humanidad a las generaciones futuras, nunca puede captar plenamente o reemplazar al original. No existe mayor condena al racismo que los documentos del juicio de Rivonia, cuyo resultado fue el encarcelamiento de Nelson Mandela por su oposición al apartheid.
Pocas refutaciones del negacionismo del Holocausto son tan elegantes o devastadoras como el cuaderno a cuadros rosa del Diario de Ana Frank. Los documentos originales, reserva de sabiduría intemporal, orientan nuestra búsqueda de un futuro pacífico y sostenible.