OPINIÓN de Rafael García Almazán/ Kabila.-
Hemos llegado a un punto del todo incomprensible por el descaro y desvergüenza con los que actúan los bancos con permiso de los gobiernos de turno. Hoy hemos sabido que las ayudas que los españolitos de a pie hemos aportado a los bancos es de más de 1800 euros sólo en 2010. ¡No está mal! Y todo esto bajo una ideología neoliberal imperante, donde se desprecia al Estado y se aboga por la libertad de mercado. Si así fuera, muchos de estos bancos ayudados habrían ya desaparecido.
Nosotros les ayudamos –a la fuerza, aunque nadie nos pida permiso, el gobierno se encarga de hacerlo en nuestro nombre— para que el sistema bancario no se hunda, y ellos como pago por nuestro socorro utilizan, sin compasión, el desahucio como medida compensatoria.
Todos los días hay unos 550 desahucios. Desde 2008 son unas 350.000 las viviendas desahuciadas. Con todo lo que comporta. Familias excluidas, condenadas a la miseria más absoluta. Y todo eso basado en una ley de 1909 que ni tirios ni troyanos durante todos estos años de “democracia” han cambiado.
Nada de eso importa. Lo significativo es que los bancos sigan castigando al personal que para eso se lo merece. Y ahí quedan nuestros gobernantes, estos y los anteriores que no han movido un dedo para aliviar la situación de familias enteras, que por desgracia se quedan sin vivienda y con deudas impagables.
Ayer, un hombre en Granada, agobiado por una desahucio que se le venía encima, se quitó la vida. Pero no pasa nada. Nuestros queridos gobernantes no han querido enterarse y los bancos a lo suyo. Hoy por ejemplo seguían desahuciando al personal.
Hay organizaciones como la del 15-M o la de Stop desahucios que ha sido capaz de parar algunos casos, pero que no pueden, por desgracia luchar contra lo imponderable. Sus consecuciones han sido importantes pero mientras que los jueces sigan aplicando la ley sin la menor consideración, los bancos sigan con su política de no pactar y el gobierno continúe con su apoyo a los bancos y abandonando a los afectados, no hay nada que hacer.
De entre todos los bancos, el caso de Bankia es excepcional. Y lo digo por lo negativo. Porque es la entidad que más viviendas desahucia sin pactar con los hipotecados. Desgraciadamente sigue en su empeño de ensañarse con el personal, a pesar de que van a recibir de nuestros bolsillos la friolera de 24.700 euros. Una pequeñez que les va a permitir continuar en el mercado bancario y evitar su quiebra.
Y ahí están. La última es grave, muy grave. Bankia saca a subasta más de mil viviendas ante la llegada del banco malo. Esto quiere decir que Bankia va a vender inmuebles con descuentos de un 50% a un 60% en el mercado. O sea, un desahuciado puede comprobar que hace poco el quitaron su vivienda que, por ejemplo, le costó 200.000, importe por el que el banco le hizo una hipoteca. Hoy, sin que Bankia haya hecho ningún esfuerzo por llegar a un acuerdo, a esta persona además que haberle despojado de su vivienda, y dejarle una deuda de, por ejemplo, 170.000 euros que es lo que le quedaba por pagar, ve con desolación e impotencia que están vendiendo la vivienda que era suya por 100.000 euros, un precio que él podría haber pagado.
Naturalmente, esta persona se ha quedado sin piso y con una deuda de 170.000 euros. Mientras, Bankia ha hecho el negocio redondo. Está cobrando 170.000 euros al hipotecado y además recibirá 100.000 euros por la casa, con lo cual una casa que hoy vale 100.000 euros, y ayer costaba 200.000, a Bankia le va a proporcionar 270.000 euros. Un negocio legal redondo, aunque sea un atropello y una vergüenza.
Mientras, el gobierno del PP no dice ni pío y aboga por el cumplimiento de la ley, despreciando a los desahuciados, y los bancos, que además han recibido dinero de todos nosotros para poder seguir funcionando, se ponen las botas a costa nuestra. Es o no es un fraude. Es o no es una desvergüenza. Es o no es para montar una revolución.
No es de extrañar, por desgracia, que la gente antes de quedar en la miseria se suicide y todo esto con el consentimiento del gobierno, la aplicación de una ley injusta y la codicia de unos bancos que cada vez son más ladrones.
Hace ya dos años que Izquierda Unida planteó en el Congreso la dación en pago, o sea que con la devolución de las llaves se zanjara la deuda. Sin embargo, el gobierno de Zapatero se negó a aceptarlo, aunque ahora pretenda hacernos creer que se pone de parte de los desahuciados. Y qué decir del PP, que lo más que ha hecho es decirle a los bancos que si quieren acepten, de forma voluntaria, la dación en pago. ¿Han visto ustedes algunos buitres que no coman carne?
Por cierto, seis jueces han presentado un informe para que las ayudas a la banca pasen a los hipotecados. Naturalmente el Poder Judicial ha desestimado el informe, poniéndose este poder también, al lado de los bancos. Los tres poderes se han manifestado en favor de los bancos y en contra de los hipotecados.
Así está la situación, y con tres millones de pisos vacíos en este país, lo que con una política social de viviendas se podrían obtener viviendas sociales a alquileres mínimos para los casos necesitados.
Poco se habla de lo que está crisis está provocando. Miserias, enfermedades, suicidios. Como si detrás de cada caso de paro o de desahucio no hubiera personas. Desgraciadamente, la responsabilidad de lo que está ocurriendo es clara. Los bancos y nuestros gobiernos, el de antes y sobre todo el de ahora, que olvidándose de sus ciudadanos, los dejan en la miseria. Y no vale aquello de que la responsabilidad es de la Troika o de otras instituciones supranacionales, porque, además, perder la soberanía no es un eximente sino un agravante.
Cobardes gobernantes que benefician a los poderosos y dejan caer a sus ciudadanos. Esta es la historia que nos ha tocado vivir y que debemos cambiar, sí o sí.
Salud y República
Hemos llegado a un punto del todo incomprensible por el descaro y desvergüenza con los que actúan los bancos con permiso de los gobiernos de turno. Hoy hemos sabido que las ayudas que los españolitos de a pie hemos aportado a los bancos es de más de 1800 euros sólo en 2010. ¡No está mal! Y todo esto bajo una ideología neoliberal imperante, donde se desprecia al Estado y se aboga por la libertad de mercado. Si así fuera, muchos de estos bancos ayudados habrían ya desaparecido.
Nosotros les ayudamos –a la fuerza, aunque nadie nos pida permiso, el gobierno se encarga de hacerlo en nuestro nombre— para que el sistema bancario no se hunda, y ellos como pago por nuestro socorro utilizan, sin compasión, el desahucio como medida compensatoria.
Todos los días hay unos 550 desahucios. Desde 2008 son unas 350.000 las viviendas desahuciadas. Con todo lo que comporta. Familias excluidas, condenadas a la miseria más absoluta. Y todo eso basado en una ley de 1909 que ni tirios ni troyanos durante todos estos años de “democracia” han cambiado.
Nada de eso importa. Lo significativo es que los bancos sigan castigando al personal que para eso se lo merece. Y ahí quedan nuestros gobernantes, estos y los anteriores que no han movido un dedo para aliviar la situación de familias enteras, que por desgracia se quedan sin vivienda y con deudas impagables.
Ayer, un hombre en Granada, agobiado por una desahucio que se le venía encima, se quitó la vida. Pero no pasa nada. Nuestros queridos gobernantes no han querido enterarse y los bancos a lo suyo. Hoy por ejemplo seguían desahuciando al personal.
Hay organizaciones como la del 15-M o la de Stop desahucios que ha sido capaz de parar algunos casos, pero que no pueden, por desgracia luchar contra lo imponderable. Sus consecuciones han sido importantes pero mientras que los jueces sigan aplicando la ley sin la menor consideración, los bancos sigan con su política de no pactar y el gobierno continúe con su apoyo a los bancos y abandonando a los afectados, no hay nada que hacer.
De entre todos los bancos, el caso de Bankia es excepcional. Y lo digo por lo negativo. Porque es la entidad que más viviendas desahucia sin pactar con los hipotecados. Desgraciadamente sigue en su empeño de ensañarse con el personal, a pesar de que van a recibir de nuestros bolsillos la friolera de 24.700 euros. Una pequeñez que les va a permitir continuar en el mercado bancario y evitar su quiebra.
Y ahí están. La última es grave, muy grave. Bankia saca a subasta más de mil viviendas ante la llegada del banco malo. Esto quiere decir que Bankia va a vender inmuebles con descuentos de un 50% a un 60% en el mercado. O sea, un desahuciado puede comprobar que hace poco el quitaron su vivienda que, por ejemplo, le costó 200.000, importe por el que el banco le hizo una hipoteca. Hoy, sin que Bankia haya hecho ningún esfuerzo por llegar a un acuerdo, a esta persona además que haberle despojado de su vivienda, y dejarle una deuda de, por ejemplo, 170.000 euros que es lo que le quedaba por pagar, ve con desolación e impotencia que están vendiendo la vivienda que era suya por 100.000 euros, un precio que él podría haber pagado.
Naturalmente, esta persona se ha quedado sin piso y con una deuda de 170.000 euros. Mientras, Bankia ha hecho el negocio redondo. Está cobrando 170.000 euros al hipotecado y además recibirá 100.000 euros por la casa, con lo cual una casa que hoy vale 100.000 euros, y ayer costaba 200.000, a Bankia le va a proporcionar 270.000 euros. Un negocio legal redondo, aunque sea un atropello y una vergüenza.
Mientras, el gobierno del PP no dice ni pío y aboga por el cumplimiento de la ley, despreciando a los desahuciados, y los bancos, que además han recibido dinero de todos nosotros para poder seguir funcionando, se ponen las botas a costa nuestra. Es o no es un fraude. Es o no es una desvergüenza. Es o no es para montar una revolución.
No es de extrañar, por desgracia, que la gente antes de quedar en la miseria se suicide y todo esto con el consentimiento del gobierno, la aplicación de una ley injusta y la codicia de unos bancos que cada vez son más ladrones.
Hace ya dos años que Izquierda Unida planteó en el Congreso la dación en pago, o sea que con la devolución de las llaves se zanjara la deuda. Sin embargo, el gobierno de Zapatero se negó a aceptarlo, aunque ahora pretenda hacernos creer que se pone de parte de los desahuciados. Y qué decir del PP, que lo más que ha hecho es decirle a los bancos que si quieren acepten, de forma voluntaria, la dación en pago. ¿Han visto ustedes algunos buitres que no coman carne?
Por cierto, seis jueces han presentado un informe para que las ayudas a la banca pasen a los hipotecados. Naturalmente el Poder Judicial ha desestimado el informe, poniéndose este poder también, al lado de los bancos. Los tres poderes se han manifestado en favor de los bancos y en contra de los hipotecados.
Así está la situación, y con tres millones de pisos vacíos en este país, lo que con una política social de viviendas se podrían obtener viviendas sociales a alquileres mínimos para los casos necesitados.
Poco se habla de lo que está crisis está provocando. Miserias, enfermedades, suicidios. Como si detrás de cada caso de paro o de desahucio no hubiera personas. Desgraciadamente, la responsabilidad de lo que está ocurriendo es clara. Los bancos y nuestros gobiernos, el de antes y sobre todo el de ahora, que olvidándose de sus ciudadanos, los dejan en la miseria. Y no vale aquello de que la responsabilidad es de la Troika o de otras instituciones supranacionales, porque, además, perder la soberanía no es un eximente sino un agravante.
Cobardes gobernantes que benefician a los poderosos y dejan caer a sus ciudadanos. Esta es la historia que nos ha tocado vivir y que debemos cambiar, sí o sí.
Salud y República