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Colombia. En Catatumbo se cultiva la coca para sobrevivir

Por Orsetta Bellani.- Un oleoducto corre a lado de la carretera que une la ciudad de C煤cuta al pueblo de Sardinata. La gente empobrecida de la regi贸n del Catatumbo en Colombia, al norte del departamento de Norte de Santander, no recibe ning煤n beneficio de la venta del petr贸leo que ve pasar frente a sus casas y contaminar a su tierra. Una tierra que no garantiza la seguridad alimentaria de los habitantes de la regi贸n, ya que produce palma africana, la nueva “bonanza” luego de la hoja de coca que alimenta el consumo de coca铆na local e internacional.

Foto: O.B

Seg煤n el 煤ltimo censo anual de cultivos il铆citos de la UNODC (United Nations Office on Drugs and Crime), en 2012 en el Norte de Santander 4.516 hect谩reas estaban sembradas con coca.

“Hace diez a帽os entr茅 en crisis: la venta de yuca y ma铆z ya no me daba para comer. Las carreteras de esta regi贸n son muy malas y me costaba m谩s llevar mis productos al mercado de la ciudad que lo que ganaba de su venta”, relata al Programa de las Am茅ricas Juan B., campesino del Catatumbo.

El problema de Juan es com煤n entre los agricultores de la zona, penalizados por los Tratados de Libre Comercio que hacen sus productos poco competitivos en el mercado colombiano. Muchos campesinos tomaron la decisi贸n m谩s viable: cultivar coca, planta muy rentable que no se pudre por el camino hacia los mercados locales porque, a diferencia del pl谩tano o la yuca, es recogida directamente en las fincas. El ya citado informe de la UNODC revela que, entre 2011 y 2012, la superficie cultivada con coca en el Catatumbo aument贸 51%, mientras que a nivel nacional los cultivos cayeron 12%. Adem谩s, el Catatumbo se convirti贸 en la regi贸n con mejor rendimiento del pa铆s.

“Hay mucha estigmatizaci贸n de los campesinos que cultivamos coca, los medios nos tratan como narcotraficantes y colaboradores de la guerrilla, mientras que para nosotros es la 煤nica salida econ贸mica”, nos explica Jos茅 M., cocalero del Municipio de Sardinata.

“No me gusta cultivar coca, s茅 que causa un problema social y tengo miedo a la represi贸n del ej茅rcito, pero no hay otra soluci贸n que el estado nos brinde. Hace 5 a帽os produc铆a alimentos, pero con estas carreteras es imposible comercializarlos”.

Los compradores de los cocaleros son los actores del conflicto armado colombiano. “Con la ca铆da del comunismo las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) perdieron su financiaci贸n internacional y, aprovechando del vac铆o de poder creado por el desmantelamiento de los carteles de Medell铆n y de Cali, entraron en el negocio, controlando zonas de cultivos y laboratorios”, dice Daniel Mej铆a Londo帽o, director del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed) de la Universidad de los Andes de Bogot谩.

Explica que los actores armados, tanto la guerrilla como los paramilitares, est谩n involucrados en el tr谩fico de drogas, de distintas maneras.

“Las FARC y, m谩s recientemente, el ELN (Ej茅rcito de Liberaci贸n Nacional) est谩n involucradas s贸lo en las primeras etapas de la producci贸n, es decir el cultivo de hoja de coca y su transformaci贸n en pasta. En algunas zonas llegan hasta producir coca铆na, y han establecido alianzas estrat茅gicas con narcotraficantes para sacarla del pa铆s. Al contrario, los paramilitares y las Bacrim (Bandas Criminales), que son un reducto de ellos, est谩n vinculados directamente con el narcotr谩fico. Son ellos mismos que llevan la coca铆na afuera de Colombia”.

Hist贸ricamente la presencia de la contrainsurgencia en el Catatumbo ha sido escalofriante, se estima que en la regi贸n han sido asesinadas m谩s de 11,000 personas, realizadas m谩s de 60 masacres y 14,000 han sido desplazados violentamente.

La fumigaci贸n y erradicaci贸n manual

Los campesinos son los que perciben la menor ganancia en la cadena desde la producci贸n hasta la venta en las calles de la coca铆na, y viven bajo el riesgo de ser procesados por el Estatuto Nacional de Estupefacientes (ley 30 de 1986), que tipifica como delito la siembra y financiaci贸n de los cultivos de uso il铆cito. Las familias cocaleras est谩n tambi茅n expuestas a las consecuencias de las aspersiones a茅reas con el glifosato Roundup, un herbicida producido por Monsanto que se utiliza para acabar con las matas de coca.

Este tipo de fumigaci贸n est谩 prevista por el “Plan para la paz, la prosperidad y el fortalecimiento del Estado” – tambi茅n denominado “Plan Colombia” -, que desde 2000 regula la cooperaci贸n militar entre Estados Unidos y el pa铆s suramericano en su lucha contra el narcotr谩fico. El plan se ha hecho tristemente c茅lebre por su 茅nfasis militarista y represivo, y s贸lo el 20% de sus recursos se destinan a programas de prevenci贸n y tratamiento para adicciones.

El Programa de Erradicaci贸n de Cultivos Il铆citos mediante aspersi贸n a茅rea con Glifosato (PECIG) ha sido reglamentado por el Consejo Nacional de Estupefacientes desde el 1994 y est谩 a cargo de la Direcci贸n Antinarc贸ticos de la Polic铆a Nacional. Colombia es el 煤nico pa铆s del mundo que fumiga con glifosato los cultivos de uso il铆cito, una superficie que comprende, anualmente, m谩s de 100,000 hect谩reas.

“La aspersi贸n ha sido muy da帽ina para la salud, adem谩s de ser ineficiente en t茅rmino de reducci贸n de este tipo de cultivos”, afirma Londo帽o. “Nuestra investigaci贸n encontr贸 que en las zonas de aspersi贸n hay m谩s problemas dermatol贸gicos y una mayor tasa de abortos. Otros trabajos revelaron efectos negativos sobre el medio ambiente y sobre la confianza en las instituciones del estado de las personas que tienen fumigaciones en sus municipios”.

La regi贸n de Catatumbo tambi茅n ha sufrido las consecuencias de otra estrategia que el gobierno colombiano est谩 utilizando para acabar con los cultivos il铆citos: la erradicaci贸n manual de las plantas. En 2012, la erradicaci贸n manual afect贸 a m谩s de 30 mil hect谩reas, llevada a cabo por equipos de civiles usualmente acompa帽ados por las Fuerzas de Seguridad del Estado. Es una estrategia poco eficaz, siendo que el d铆a siguiente los cultivadores pueden resembrar la coca, creando un circulo potencialmente infinito. Adem谩s, muchos erradicadores han muerto por pisar las minas antipersonales sembradas en las parcelas por guerrilleros y paramilitares.

“Fui v铆ctima de erradicaci贸n por primera vez al principio de 2010”, relata Nancy, cocalera del Municipio de Sardinata. “Los erradicadores ven铆an cada 3 meses, al d铆a siguiente nosotros resembr谩bamos y luego llegaban a erradicar otra vez. As铆 vivimos durante 3 a帽os, hasta junio de 2013 cuando, despu茅s de una grande campa帽a de erradicaci贸n, los campesinos de la zona empezamos a movilizarnos”.

La movilizaci贸n de los cocaleros catatumbenses

Con su movilizaci贸n, los cocaleros catatumbenses – que, seg煤n la UNODC, en un 70% quieren soluciones alternativas al cultivo de coca – ped铆an financiamiento del gobierno para otras actividades econ贸micas.

“Nuestra reacci贸n fue la respuesta a a帽os y a帽os de represi贸n y abandono estatal. Por incumplimiento de algunos acuerdos y despu茅s de una campa帽a de erradicaci贸n forzada que dej贸 a los agricultores literalmente sin comer, empezamos a bloquear las carreteras. En menos de tres d铆as llegaron m谩s de 20 mil campesinos, pr谩cticamente toda la regi贸n entr贸 en paro”, relata Leonardo Rojas D铆az al Programa de las Am茅ricas, representante de Ascamsat (Asociaci贸n Campesina del Catatumbo) en la mesa de interlocuci贸n con el gobierno.

Despu茅s de 53 d铆as de paro de v铆as y choques con el Esmad (Escuadr贸n M贸vil Antidisturbios), que cobraron 4 muertos entre los campesinos y centenares de heridos, el gobierno abri贸 una mesa de negociaci贸n con Ascamcat. “Uno de los acuerdos firmados prev茅 la reparaci贸n de las 400 familias victimas de erradicaci贸n forzada, y se negociaron inversiones estructurales”, explica Rojas D铆az.

Seg煤n 茅l, “La sustituci贸n de los cultivos debe ser social, gradual, concertada, ambiental y estructural. Nosotros proponemos desarrollar los cultivos de coca en t茅rminos industriales para la producci贸n de cremas, analg茅sicos, t茅s y ron.”

El 煤ltimo punto de las negociaciones es “la propuesta de crear una Zona de Reserva Campesina, una figura jur铆dica que garantiza algunos importantes derechos a los campesinos, como la formalizaci贸n de la propiedad de la tierra – en siete municipios del Catatumbo”, se帽ala Rojas.

Se esperaba que el 20 de marzo pasado el Incoder (Instituto Nacional de Desarrollo Agrario) declarara la creaci贸n de la Zona de Reserva Campesina en el Catatumbo. Sin embargo, la Procuradur铆a General de la Rep煤blica paraliz贸 el proceso por la interposici贸n de una tutela y una demanda de inconstitucionalidad.

“El Gobierno sabe que tiene hasta la primera semana de mayo para evitar que se desate otro paro en el Catatumbo”, declar贸 en abril pasado C茅sar Jerez, vocero de los campesinos del Catatumbo y l铆der de ANZORC (Asociaci贸n Nacional de Zonas de Reserva Campesina). El 9 de mayo pr贸ximo, los agricultores del Catatumbo marchar谩n otra vez, juntos con otras organizaciones campesinas, para exigir al presidente Juan Manual Santos el cumplimiento de sus compromisos.


*Reportaje publicado por el Programa de las Am茅ricas el 07.05.2014: http://www.cipamericas.org/es/archives/11977
















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