•elmercuriodigital ▫ Carlo Reátegui (Ser Perú).- “Seguiremos marchando hasta que todas las mujeres seamos libres” fue la arenga que mas de 100 mujeres gritaron el último jueves 11 de diciembre en el Foro Internacional Mujeres y Cambio Climático por la Sostenibilidad de la Vida, en el marco de la Cumbre de los Pueblos por el Cambio Climático
Parada frente a ellas, Graça Samo, coordinadora internacional de la Marcha Mundial de Mujeres (MMM), animaba a las asistentes a proseguir con la lucha por sus derechos.
Durante su intervención, habló sobre las experiencias y desafíos de la sostenibilidad de la vida como una alternativa al modelo extractivista asentado en las localidades latinoamericanas. Ella contó que esta sostenibilidad pasa por procesos en los cuales la mujer tiene una participación primordial, generando, en los hogares y entornos, cambios que puedan calar en la sociedad. “Por ejemplo, sobra mucha comida en la mesa. No estamos pensando en las personas que no tienen qué comer. En esos detalles debemos cambiar nuestras vidas para poder cambiar el mundo, y pensar en qué hacer para que las personas a nuestro alrededor puedan tener también lo poco que yo tengo”, dijo Samo.
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| Tica Moreno, de la Marcha Mundial de Mujeres |
Tica Moreno, representante brasileña de MMM ahondó en virar la mirada económica de las sociedades, desde el punto de vista monetario y del crecimiento del PBI, hacia una economía que entienda la importancia de la presencia de la mujer. Para ella, el trabajo constante que realizan las mujeres en el hogar está invisibilizado. Sin embargo, el cuidado de los otros es algo inherente a la naturaleza humana. “Todos tenemos que distribuirnos la responsabilidad del cuidado de niños y ancianos para sentirnos humanos, no solo las mujeres”, explicó.
Martha Benavides, de la GCAP Global Co Chair and the Feminist Task Force/FTF, afirmó que la transmisión de educación y costumbres de cuidado del medio ambiente son la base de la sostenibilidad de la vida. Además, señaló que las empresas buscan sostener un modelo destructivo, cuando deberían preocuparse por sustentar la vida con alimentos y condiciones humanas. “De chica me decían que tengo que tener miramiento para hacer las cosas. Eso es mirar más allá, ver qué consecuencias implican mis decisiones en los que me rodean y en las siguientes generaciones. Eso es lo que las industrias extractivas no toman en cuenta”, declaró.
Manifiesto de Mujeres
Durante el evento, Denisse Chávez, del Grupo Impulsor Mujer y Cambio Climático/Grupo Perú COP 20, y Blanca Villanueva, de la Casa de la Mujer Peruana Flora Tristán, presentaron el Manifiesto de las Mujeres en el marco de la Cumbre de los Pueblos frente al Cambio Climático. Este documento fue elaborado durante el XIII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que se realizó en noviembre pasado en Lima.
En él detallan el enfoque necesario para la sostenibilidad de la vida con justicia e igualdad, a través de propuestas alternativas, para canalizar respuesta al cambio climático. Para finalizar, Rosa Cisneros, moderadora del foro, puntualizó que la sostenibilidad de la vida pasa por desarrollar actividades y políticas que promocionen la gobernanza de la tierra con producción agroecológica, y que permitan conseguir a los pueblos y las mujeres la soberanía alimentaria.
Experiencias de cambio climático
En la segunda parte del evento, mujeres de las regiones de la costa, sierra y selva compartieron las situaciones y experiencias por las que atraviesan en sus comunidades, como consecuencia del cambio climático. Ivonne Chunga, esposa de un pescador de Zorritos, en Tumbes, señaló que la escasez de variedad de pescado y el retiro del mar en la playa han cambiado los modos de vida de su comunidad. “Antes, los únicos que vendían cebiche eran los que venían de Piura, porque nosotros de alguna manera teníamos más recursos. Ahora nosotros también tenemos que hacerlo”.
Asimismo, Marina Guzmán, del proyecto Siembra un Guarango, destacó la oportunidad de desarrollo sostenible de la tinta de dicho árbol, con la que se pueden elaborar pinturas y desarrollar actividades artísticas. “Hemos coordinado el programa con escuelas, para que los niños aprendan lo importante que es la conservación de esta especie y también los beneficios que tiene su tinta natural”.
“Queremos propuestas reales”
Jenny Cojal, presidenta de las Rondas Campesinas de Celendín, habló sobre la lucha que ella y sus compañeros mantienen contra la actividad minera y cómo la defensa de sus tierras les ocasiona enfermedades y ataques, lo que, sin embargo, no amilana sus ánimos. “Si Dios ha puesto en nuestros cerros oro o ha puesto otros minerales, es por algo, y nosotros debemos defenderlos porque son nuestro hogar”, sostuvo.
A su vez, Rosalía Yampis, del pueblo awajún/Imaza, en Bagua, intervino, refiriéndose a los problemas que pasa su comunidad e hizo una aguda crítica sobre los espacios de debate, como la Cumbre de los Pueblos. “Siempre se debate, pero no llegamos a nada. No hay un compromiso real en torno a los temas que desarrollamos”.
El cambio climático en la región
El último espacio de diálogo de experiencias internacionales convocó a Paulina Pacheco, de Bolivia, quien señaló que muchos de los problemas del altiplano eran similares a los que pasaba la gente en las comunidades peruanas. Lamentó que la cobertura de la prensa sobre las actividades de la Cumbre no evidenciara los temas importantes que se debatían. Además, lamentó la ausencia de los actores con capacidad de decisión.
Paulina Acevedo, periodista chilena, habló del tema de los desplazamientos forzados a raíz de las actividades extractivas.
“Ocurren en todas partes del mundo y nadie habla sobre ellos. Además, no hay datos estadísticos confiables sobre el tema”, agregó. En el marco de la cumbre, Acevedo presentó su libro “Desplazamiento Ambiental, Globalización, y Cambio Climático: Una Mirada desde los Derechos Humanos y de los Pueblos Indígenas”.
