COLOMBIA
•elmercuriodigital ▫ infoPress.- Oscar Garzón, Sub Oficina Pasto, Nariño, Colombia, (ACNUR) - Entre sueños, canciones y sonidos de marimba, Telmo, un joven de apenas 20 años y compositor de décimas cimarronas o estrofas de poesía, propias de las prácticas culturales del pacífico colombiano, rescata con ingenio un sinnúmero de situaciones donde el sentido del humor y el "picante" de la zona hacen eco en juegos de palabras con multiplicidad de sentidos.Telmo, al igual que otros 45 niños, niñas, adolescentes y jóvenes, hace parte de la Asociación Raíces del Pacífico, un colectivo cultural que promueve la danza y música tradicional en el municipio de Tumaco. Su motivación, son las ganas de trabajar en las artes propias del pacífico nariñense, que han sido afectado por el conflicto armado y sus dinámicas: desplazamiento urbano, fronteras invisibles, vinculación, reclutamiento forzado y condiciones de pobreza en los cordones urbanos marginales que reciben a la población desplazada de zonas rurales. En los dos últimos años Tumaco se ha ubicado en el segundo lugar de los municipios que en Colombia registran mayor tasa de expulsión de población desplazada. A la fecha en Tumaco se registran cerca de 26.003 víctimas del conflicto, la mayoría de ellas población afrocolombiana, que es de hecho una de las que sufren mayores niveles y tipos de afectación.
En este contexto, Telmo, Gustavo y otros líderes, desde su humilde escuela y taller, impulsan redes de jóvenes que buscan rescatar los sonidos y las décimas, los ritmos y los movimientos en uno de los barrios de Tumaco con mayores índices de pobreza y conflictividad: el barrio la Ciudadela y sus alrededores. Telmo canta así su trabajo:
ACNUR/ O.Garzón |
"… Es lo que yo hago, a través de la décima cimarrona yo soy Telmo Santiago: Soy negro reconocido donde quiera que vaya, me siento bien orgulloso al representar mi raza, tenemos sabrosura y muy buena cultura, yo represento con honor la oralidad. Las mejores pieles oscuras y mira que te lo digo. No habrá malentendido pues sabrás comprender a todos hago entender que soy negro reconocido… que al decirme negro me siento bien orgulloso, no solo el 12 de octubre el día de la raza…"
ACNUR apoya este colectivo cultural a través de formación en temáticas como derechos humanos, prevención de violencia basada en género, derechos colectivos y fortalecimiento organizativo. Con el proceso de Raíces del Pacífico se creó un taller de luthería, que es el arte y oficio de fabricar y reparar instrumentos musicales. Con este taller se busca consolidar una alternativa de generación de ingresos y medios de vida dirigida a fomentar la integración local de los miembros de la asociación, quienes son víctimas de desplazamiento forzado.
De este modo, ACNUR ha facilitado acciones conjuntas entre la Asociación Raíces del Pacífico, la Comunidad religiosa Claretiana, la Gobernación de Nariño, la Alcaldía de Tumaco y recientemente con el proyecto "Luthiers Colombianos: Constructores de Música" del Ministerio de Cultura y COLCIENCIAS. Todo ello con el fin de fomentar y fortalecer una red de recuperación cultural desde la historia de la luthería en la costa pacífica, promoviendo historias, mitos y cuentos que recrean la identidad colectiva del pueblo negro y las vicisitudes que han sufrido en la historia de la humanidad.
Garantizar los derechos de la población desplazada implica también reconstruir los lazos sociales y fomentar la cultura a través de colectivos juveniles que como este pueden ser motores de escenarios de integración en el periodo actual de conflicto armado y en un posible escenario de post-acuerdo. Las artes y la lúdica son estrategias que tocan la emotividad del ser humano y su capacidad de perdonar, construir paz y sostener los desafíos de un proceso de justicia transicional.