Jorge Zavaleta.- Con el fin de profundizar la transparencia en la actividad extractiva, Lima se convierte en febrero del 2016 en la sede de una séptima conferencia mundial de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas - EITI.
La industria extractiva, que tantas divergencias provoca en el mundo, será un tema de análisis y de propuestas, por representantes de sesenta países, entre 40 dignatarios de África, América, Asia y Europa y organizaciones especializadas.
Las autoridades peruanas para ser anfitriones de esta cita internacional han reiterado su contravertida condición de “país cumplidor” de las normas ecológicas y ambientales para garantizar un desarrollo económico y social equilibrado, sin poder ocultar su incapacidad y voluntad para resolver por ejemplo el caso de La Oroya, un centro minero de propiedad de la empresa norteamericana Doe Run, adquirida con bonos buietre.
La convocatoria advierte que el Perú marca el compromiso de propiciar y asumir el reto de que la recaudación y la gestión de los ingresos de la minería e hidrocarburos sean transparentes, empezando por el respeto irrestricto a los derechos de las personas que habitan las zonas donde están los principales recursos energéticos no renovables.
“La iniciativa conocida con la sigla EITI, es una coalición de Gobiernos, empresas, grupos de la sociedad civil, inversionistas y organizaciones internacionales que establece un estándar mundial de transparencia y rendición de cuentas para los ingresos provenientes de los recursos naturales.
El proceso EITI en América, gracias a las innovaciones en su implementación y su capacidad de representación a nivel de la región, también ha generado el cuestionamiento de decenas de organizaciones defensoras de las comunidades.
La Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI, por su sigla en inglés) es una norma internacional para promover la transparencia en los pagos y los ingresos de la industria extractiva.
En enero de 2010, había 30 países en proceso de implementar la EITI, siendo Azerbaijan y Liberia los únicos con la categoría de País cumplidor de la iniciativa. El resto de los 28 países candidatos a la EITI son: Albania, Burkina Faso, Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República del Congo, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Gabón, Ghana, Guinea, Kazajstán, Kirguistán, Malí, Mauritania, Madagascar, Mongolia, Mozambique, Níger, Nigeria, Perú, Santo Tomé y Príncipe, Sierra Leona, Tanzania, Timor-Leste, Yemen y Zambia.
Los países participantes en la EITI, asumen el compromiso de exigir a las empresas que publiquen los montos que pagan a los gobiernos, y que los gobiernos también hagan de conocimiento abierto los montos que reciben de las empresas.
Las cifras, según las normas de EITI, son conciliadas posteriormente por un administrador independiente.
Los grupos de la sociedad civil y los medios de comunicación que no participan en forma directa en EITI, también pueden jugar un papel de supervisión o de asistencia en la educación de la opinión pública. El Secretariado Internacional de la EITI, con sede en Oslo, Noruega, es el encargado de convertir en acciones las decisiones políticas del Consejo Internacional, y de coordinar los esfuerzos a nivel mundial para apoyar la implementación de la EITI.
Entre las organizaciones internacionales que apoyan la EITI se encuentran el Banco Mundial, el FMI, Banco Africano de Desarrollo, el Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, y el Banco Europeo de Inversiones.
•elmercuriodigital•
La industria extractiva, que tantas divergencias provoca en el mundo, será un tema de análisis y de propuestas, por representantes de sesenta países, entre 40 dignatarios de África, América, Asia y Europa y organizaciones especializadas.
Las autoridades peruanas para ser anfitriones de esta cita internacional han reiterado su contravertida condición de “país cumplidor” de las normas ecológicas y ambientales para garantizar un desarrollo económico y social equilibrado, sin poder ocultar su incapacidad y voluntad para resolver por ejemplo el caso de La Oroya, un centro minero de propiedad de la empresa norteamericana Doe Run, adquirida con bonos buietre.
La convocatoria advierte que el Perú marca el compromiso de propiciar y asumir el reto de que la recaudación y la gestión de los ingresos de la minería e hidrocarburos sean transparentes, empezando por el respeto irrestricto a los derechos de las personas que habitan las zonas donde están los principales recursos energéticos no renovables.
“La iniciativa conocida con la sigla EITI, es una coalición de Gobiernos, empresas, grupos de la sociedad civil, inversionistas y organizaciones internacionales que establece un estándar mundial de transparencia y rendición de cuentas para los ingresos provenientes de los recursos naturales.
El proceso EITI en América, gracias a las innovaciones en su implementación y su capacidad de representación a nivel de la región, también ha generado el cuestionamiento de decenas de organizaciones defensoras de las comunidades.
La Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas (EITI, por su sigla en inglés) es una norma internacional para promover la transparencia en los pagos y los ingresos de la industria extractiva.
En enero de 2010, había 30 países en proceso de implementar la EITI, siendo Azerbaijan y Liberia los únicos con la categoría de País cumplidor de la iniciativa. El resto de los 28 países candidatos a la EITI son: Albania, Burkina Faso, Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República del Congo, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Gabón, Ghana, Guinea, Kazajstán, Kirguistán, Malí, Mauritania, Madagascar, Mongolia, Mozambique, Níger, Nigeria, Perú, Santo Tomé y Príncipe, Sierra Leona, Tanzania, Timor-Leste, Yemen y Zambia.
Los países participantes en la EITI, asumen el compromiso de exigir a las empresas que publiquen los montos que pagan a los gobiernos, y que los gobiernos también hagan de conocimiento abierto los montos que reciben de las empresas.
Las cifras, según las normas de EITI, son conciliadas posteriormente por un administrador independiente.
Los grupos de la sociedad civil y los medios de comunicación que no participan en forma directa en EITI, también pueden jugar un papel de supervisión o de asistencia en la educación de la opinión pública. El Secretariado Internacional de la EITI, con sede en Oslo, Noruega, es el encargado de convertir en acciones las decisiones políticas del Consejo Internacional, y de coordinar los esfuerzos a nivel mundial para apoyar la implementación de la EITI.
Entre las organizaciones internacionales que apoyan la EITI se encuentran el Banco Mundial, el FMI, Banco Africano de Desarrollo, el Banco Asiático de Desarrollo, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, y el Banco Europeo de Inversiones.
•elmercuriodigital•