OPINI脫N de Carola Ch谩vez, Venezuela.- Marcharon. Llegaron a la avenida Libertador junto a algunos de sus dirigentes. All铆 entregaron un documento. Se acab贸, vuelvan todos a sus casas –declararon a los micr贸fonos para no meter la pata como la meti贸 Leopoldo. Entonces se retiraron dejando a su gente a la deriva con la cabeza llena de los discursos previos a la marcha: Vamos a llegar al CNE aunque la dictadura no quiera. No necesitamos permiso de nadie -aunque saben que en cualquier ciudad del mundo s铆 se necesitan permisos para convocar manifestaciones p煤blicas-. Calle sin retorno, hasta que se vaya Maduro.

Dejando esas frases colgadas, se fueron, dejando a sus violentos prepago sembrados entre los marchistas.
Un canal de noticias web transmit铆a en vivo, su reportera anunciaba que la marcha romp铆a el cerco, su voz emocionada se hac铆a aguda y jadeante en la medida en que la violencia escalaba: “Los manifestantes –dec铆a– intentan mediar con tubos y palos con los efectivos de la Guardia Nacional”. ¡Vaya manera de mediar! Con tubos y palos.
Superaron la barrera y empieza la represi贸n del gobierno –narraba sobra la imagen de una mujer polic铆a sufriendo la “mediaci贸n” de unos j贸venes marcharines. De una patada la tiraron al suelo, con sus tubos y palos la golpe贸 una jaur铆a. Como pudo, la mujer se incorpor贸 y trat贸 de huir, salv谩ndose por poquito de ser atropellada por un carro que circulaba por la caotizada avenida. En mediana de concreto fue alcanzada y lanzada como un trapo por uno de sus atacantes, mientras otro tomaba un ladrillo para rematarla, pero un fot贸grafo se interpuso deteniendo la locura. Entre los gritos de los marchantes espectadores se escuchan pi帽atezcos “¡Dale, dale!”
Capriles, en rueda de prensa desde un lugar seguro, se lava las manos: “Luego que nos retiramos de la concentraci贸n nos dijeron que hubo unos incidentes que fueron dirigidos por infiltrados del gobierno”. Ramos Allup tambi茅n hace lo suyo: “Nadie nos puede imputar ni una botella quebrada ni una piedra lanzada”. Los violentos prepago, tontos 煤tiles desechables que ahora no son de nadie, invocan a El Chapul铆n Colorado.
Capturados los tontos, sus tel茅fonos cantan: cruce de llamadas, contactos y un jefe financista: El director de seguridad de la Asamblea Nacional, este s铆, por ser amigo de Ramos Allup, ser谩 un perseguido pol铆tico.

Dejando esas frases colgadas, se fueron, dejando a sus violentos prepago sembrados entre los marchistas.
Un canal de noticias web transmit铆a en vivo, su reportera anunciaba que la marcha romp铆a el cerco, su voz emocionada se hac铆a aguda y jadeante en la medida en que la violencia escalaba: “Los manifestantes –dec铆a– intentan mediar con tubos y palos con los efectivos de la Guardia Nacional”. ¡Vaya manera de mediar! Con tubos y palos.
Superaron la barrera y empieza la represi贸n del gobierno –narraba sobra la imagen de una mujer polic铆a sufriendo la “mediaci贸n” de unos j贸venes marcharines. De una patada la tiraron al suelo, con sus tubos y palos la golpe贸 una jaur铆a. Como pudo, la mujer se incorpor贸 y trat贸 de huir, salv谩ndose por poquito de ser atropellada por un carro que circulaba por la caotizada avenida. En mediana de concreto fue alcanzada y lanzada como un trapo por uno de sus atacantes, mientras otro tomaba un ladrillo para rematarla, pero un fot贸grafo se interpuso deteniendo la locura. Entre los gritos de los marchantes espectadores se escuchan pi帽atezcos “¡Dale, dale!”
Capriles, en rueda de prensa desde un lugar seguro, se lava las manos: “Luego que nos retiramos de la concentraci贸n nos dijeron que hubo unos incidentes que fueron dirigidos por infiltrados del gobierno”. Ramos Allup tambi茅n hace lo suyo: “Nadie nos puede imputar ni una botella quebrada ni una piedra lanzada”. Los violentos prepago, tontos 煤tiles desechables que ahora no son de nadie, invocan a El Chapul铆n Colorado.
Capturados los tontos, sus tel茅fonos cantan: cruce de llamadas, contactos y un jefe financista: El director de seguridad de la Asamblea Nacional, este s铆, por ser amigo de Ramos Allup, ser谩 un perseguido pol铆tico.