OPINI脫N de Ram贸n Cotarelo/ Palinuro.- Llama la atenci贸n el hecho de que ninguno de los estafermos de la vieja guardia del PSOE o sus j贸venes aliados, deseosos de hacer carrera al arrimo del orden, hable de la corrupci贸n. En sus razonamientos a favor de que el PSOE se abstenga y posibilite un gobierno del Sobresueldos, la corrupci贸n, que es el segundo problema en orden de importancia para la ciudadan铆a, simplemente no existe; nadie la menciona.
De C's no es preciso hablar. Quienes iban a votar "no" a cuenta de la corrupci贸n, van a votar "s铆" gracias a un pacto que nueve a risa sarc谩stica porque lo han firmado con los responsables y beneficiarios de esa misma corrupci贸n. Para sacudirse la sensaci贸n de rid铆culo, amenazan ahora (la pol铆tica espa帽ola sigue haci茅ndose a golpe de amenazas) con abstenerse o volver al "no" si el PP no cierra ese acuerdo perfectamente in煤til a la mayor brevedad. Pero la opini贸n general es que el PP ya cuenta con el apoyo de Rivera y los suyos. O sea, las amenazas son parte de la escenificaci贸n de un apa帽o que se presenta como sacrificio en inter茅s de la estabilidad. Un puro teatro porque la causa primera de la inestabilidad es, precisamente, la corrupci贸n que quedar谩 condonada de hecho si se permite que el partido corrupto y su l铆der, responsable pol铆tico de la situaci贸n, sigan en el gobierno del Estado. Imposible tomarse aqu铆 nada en serio.
El razonamiento de los socialistas claudicantes y los de C's es que Espa帽a, democracia europea, debe tener gobierno cuanto antes y acostumbrarse a los gabinetes de coalici贸n porque ese es el h谩bito en el continente, casi todo 茅l en r茅gimen parlamentario y multipartidista. Correcto. Pero Espa帽a es diferente de las democracias europeas. Muy diferente.
En ning煤n pa铆s europeo se permite que un presidente del gobierno en la situaci贸n de Rajoy conteste irritada y displicentemente a una pregunta de una periodista sobre la corrupci贸n. Aqu铆, s铆. No pasa nada. Y tampoco es la primera vez que lo hace. La periodista estaba cumpliendo con su obligaci贸n y el presidente tuvo una reacci贸n intolerable. No intent贸 meter un bol铆grafo por el escote de la periodista (como hizo su colega Aznar en similar situaci贸n) porque mediaba demasiada distancia. Pero el desprecio y la altaner铆a son similares.
Seg煤n parece, la trama G眉rtel ocult贸 a Hacienda ganancias por m谩s de 50 millones de euros y eso solo pudo hacerlo en estrecha connivencia con el PP, al que los jueces concept煤an como una asociaci贸n de presuntos malhechores. No es que en los dem谩s pa铆ses europeos no puedan producirse estos desmanes. Estos y otros mayores. Lo que s铆 suceder铆a en esos pa铆ses es que el gobierno del partido responsable y, seg煤n parecebeneficiario, de esos presuntos delitos no durar铆a veinticuatro horas. Aqu铆, en cambio, se presenta de nuevo a las elecciones.
Y hay mucha gente dispuesta a votarlo. Entre otros motivos porque escuchan a pol铆ticos dem贸cratas de la oposici贸n pidiendo que se le faciliten las cosas pues esto es lo que exigen la moderaci贸n, la estabilidad y el sentido europeo. De la corrupci贸n, ni palabra.
Y, si hablamos del asunto catal谩n, la cosa se aclara m谩s. Los abstencionistas piden que se deje gobernar al sector m谩s duro e intransigente del nacionalismo espa帽ol. El que apuesta por un choque de trenes con el independentismo catal谩n. Que siga gobernando el partido y el personaje que han tra铆do Espa帽a a este punto de ruptura, cuyo alcance podr谩n sus se帽or铆as calibrar a partir del pr贸ximo 11 de septiembre.
De C's no es preciso hablar. Quienes iban a votar "no" a cuenta de la corrupci贸n, van a votar "s铆" gracias a un pacto que nueve a risa sarc谩stica porque lo han firmado con los responsables y beneficiarios de esa misma corrupci贸n. Para sacudirse la sensaci贸n de rid铆culo, amenazan ahora (la pol铆tica espa帽ola sigue haci茅ndose a golpe de amenazas) con abstenerse o volver al "no" si el PP no cierra ese acuerdo perfectamente in煤til a la mayor brevedad. Pero la opini贸n general es que el PP ya cuenta con el apoyo de Rivera y los suyos. O sea, las amenazas son parte de la escenificaci贸n de un apa帽o que se presenta como sacrificio en inter茅s de la estabilidad. Un puro teatro porque la causa primera de la inestabilidad es, precisamente, la corrupci贸n que quedar谩 condonada de hecho si se permite que el partido corrupto y su l铆der, responsable pol铆tico de la situaci贸n, sigan en el gobierno del Estado. Imposible tomarse aqu铆 nada en serio.
El razonamiento de los socialistas claudicantes y los de C's es que Espa帽a, democracia europea, debe tener gobierno cuanto antes y acostumbrarse a los gabinetes de coalici贸n porque ese es el h谩bito en el continente, casi todo 茅l en r茅gimen parlamentario y multipartidista. Correcto. Pero Espa帽a es diferente de las democracias europeas. Muy diferente.
En ning煤n pa铆s europeo se permite que un presidente del gobierno en la situaci贸n de Rajoy conteste irritada y displicentemente a una pregunta de una periodista sobre la corrupci贸n. Aqu铆, s铆. No pasa nada. Y tampoco es la primera vez que lo hace. La periodista estaba cumpliendo con su obligaci贸n y el presidente tuvo una reacci贸n intolerable. No intent贸 meter un bol铆grafo por el escote de la periodista (como hizo su colega Aznar en similar situaci贸n) porque mediaba demasiada distancia. Pero el desprecio y la altaner铆a son similares.
Seg煤n parece, la trama G眉rtel ocult贸 a Hacienda ganancias por m谩s de 50 millones de euros y eso solo pudo hacerlo en estrecha connivencia con el PP, al que los jueces concept煤an como una asociaci贸n de presuntos malhechores. No es que en los dem谩s pa铆ses europeos no puedan producirse estos desmanes. Estos y otros mayores. Lo que s铆 suceder铆a en esos pa铆ses es que el gobierno del partido responsable y, seg煤n parecebeneficiario, de esos presuntos delitos no durar铆a veinticuatro horas. Aqu铆, en cambio, se presenta de nuevo a las elecciones.
Y hay mucha gente dispuesta a votarlo. Entre otros motivos porque escuchan a pol铆ticos dem贸cratas de la oposici贸n pidiendo que se le faciliten las cosas pues esto es lo que exigen la moderaci贸n, la estabilidad y el sentido europeo. De la corrupci贸n, ni palabra.
Y, si hablamos del asunto catal谩n, la cosa se aclara m谩s. Los abstencionistas piden que se deje gobernar al sector m谩s duro e intransigente del nacionalismo espa帽ol. El que apuesta por un choque de trenes con el independentismo catal谩n. Que siga gobernando el partido y el personaje que han tra铆do Espa帽a a este punto de ruptura, cuyo alcance podr谩n sus se帽or铆as calibrar a partir del pr贸ximo 11 de septiembre.
