Kenia: Denuncian coacci贸n de las autoridades a las personas refugiadas para que regresen a Somalia pese a la guerra
S贸lo dos semanas antes del plazo fijado para cerrar el campo de refugiados de Dadaab, las autoridades del gobierno keniano est谩n coaccionando a las personas que viven en 茅l para que regresen a Somalia, donde corren riesgo de resultar heridas o morir en el actual conflicto armado, ha manifestado Amnist铆a Internacional en un informe publicado hoy.
El gobierno anunci贸 en mayo que iba a cerrar el campo de refugiados —que, con m谩s de 280.000 personas, en su mayor铆a somal铆es, es el mayor del mundo— alegando problemas de seguridad, econ贸micos y ambientales, adem谩s de falta de apoyo de la comunidad internacional. Desde entonces, las autoridades del gobierno han hecho declaraciones en los medios de comunicaci贸n y visitas al campo, en las que amenazan a la gente para que se marche antes del cierre, programado para el 30 de noviembre de 2016.
“Los refugiados est谩n entre la espada y la pared. Las autoridades del gobierno kenianas les dicen que deben marcharse antes de fin de mes o los obligar谩n a hacerlo sin ninguna ayuda”, he explicado Michelle Kagari, directora adjunta de Amnist铆a Internacional para 脕frica Oriental, el Cuerno de 脕frica y los Grandes Lagos.
“Estas acciones contradicen las garant铆as que el gobierno keniano ha dado a la comunidad internacional, a la que ha asegurado que todas las repatriaciones de refugiados son voluntarias y se llevan a cabo en condiciones de seguridad y dignidad.”
Amnist铆a Internacional realiz贸 en agosto una visita de investigaci贸n a Dadaab, donde entrevist贸 a 56 personas refugiadas y mantuvo di谩logos en grupos de muestra con 35 m谩s.
Entre las personas entrevistadas hab铆a dos hermanos de 15 y 18 que hab铆an ido a Somalia en enero 2016 y regresado a Dadaab cuatro meses m谩s tarde. Dijeron que cuando llegaron a Somalia vieron matar a su padre y fueron reclutados a la fuerza por Al Shabaab. Al final escaparon y consiguieron regresar a Dadaab.
Adem谩s, Somalia, que tiene que ocuparse en la actualidad de m谩s de 1,1 millones de personas internamente desplazadas, carece de los recursos necesarios para gestionar el retorno en gran escala de refugiados de Dadaab. La falta de servicios como refugio, atenci贸n de la salud y educaci贸n es desesperada.
La mayor铆a de las personas refugiadas entrevistadas por Amnist铆a Internacional dijeron que si se marchaban era s贸lo por las amenazas de las autoridades kenianas.
Seg煤n un estudio de verificaci贸n llevado a cabo por el gobierno keniano y el ACNUR en julio y agosto, s贸lo el 25% de los refugiados afirmaban estar dispuestos a regresar. Las personas entrevistadas hablaban de amenazas de las autoridades kenianas, que les dec铆an, por ejemplo, que, si no se marchaban ya, les obligar铆an a hacerlo y perder铆an la prestaci贸n que concede el ACNUR.
Hadi, que llevaba 24 a帽os viviendo en Dadaab, dijo a Amnist铆a Internacional: “[Las autoridades kenianas] nos presionan para regresar a Somalia. Vinieron a nuestros sectores con micr贸fonos y nos dijeron: “Ten茅is que registraros para ir a Somalia [...] si no os registr谩is ahora tendr茅is que volver a pie y con vuestros hijos a cuestas.”
El mismo testimonio ofreci贸 Samira, que llevaba m谩s ocho a帽os viviendo en el campo. Dijo: “La gente cree que despu茅s de noviembre no le dar谩n el peque帽o paquete de retorno y no habr谩 transporte [...] Antes que quedarse sin transporte y sin dinero, se van.”
Kenia y la comunidad internacional no han ofrecido otras opciones a la mayor铆a de las personas refugiadas que no quieren regresar a Somalia. Algunas de las que hablaron con Amnist铆a Internacional dec铆an que no quer铆an regresar, no s贸lo por la inseguridad, sino tambi茅n por la falta de servicios b谩sicos y por temor a sufrir discriminaci贸n.
Entre las que se mostraban preocupadas por el retorno hab铆a personas con discapacidad y miembros de minor铆as, para quienes el regreso a Somalia no es una opci贸n porque no se han adoptado salvaguardias adicionales para ellas.
Mouna, madre de un ni帽o con discapacidad, dijo: “No hay centros para personas con discapacidad en Somalia. Como refugiados, estamos considerados ya lo 煤ltimo para todo. Con ni帽os con discapacidad, estaremos al final de la cola a la hora de recibir ayuda.”
Amina, mujer cuyo hijo de seis a帽os vive con albinismo, dijo: “Otra raz贸n importante por la que no quiero volver es que la gente no comprende el albinismo. Ya hay personas aqu铆 que dicen que [el ni帽o] es ileg铆timo, extranjero. Los otros ni帽os se meten con 茅l por ser diferente. S茅 que en Somalia va a ser mucho pero. Tampoco podr谩 conseguir la crema que necesita para la piel.”
La falta de apoyo internacional a Kenia, especialmente la ausencia sistem谩tica de respuesta suficiente a las peticiones de fondos y las limitadas plazas de reasentamiento para personas refugiadas vulnerables, ha contribuido a la terrible situaci贸n en que se encuentran en la actualidad los habitantes de Dadaab. S贸lo 10 pa铆ses acogen a m谩s de la mitad de los 21 millones de refugiados del mundo. Kenia es uno de ellos.
“El aumento de las restricciones de Kenia a los refugiados somal铆es se produce en un momento en que, vergonzosamente, los pa铆ses ricos no est谩n asumiendo la parte de responsabilidad que les corresponde. En vez de centrarse en devolver a los refugiados a Somalia, donde est谩n expuestos sufrir m谩s abusos contra los derechos humanos, la comunidad internacional debe esforzarse junto con Kenia para garantizar soluciones sostenibles a largo plazo”, ha afirmado Michelle Kagari.
“Entre ellas figura aumentar las plazas de reasentamiento para las personas refugiadas m谩s vulnerables; pero tambi茅n que Kenia garantice a los refugiados su derechos y busque f贸rmulas para integrarlos en comunidades de acogida y fuera de los campos, con apoyo pleno de la comunidad internacional.”
La informaci贸n que ofrecieron las personas refugiadas entrevistadas se contrast贸 con la de fuentes gubernamentales y no gubernamentales que trabajan en Dadaab y sobre pol铆ticas de refugiados. El equipo de investigaci贸n examin贸 tambi茅n los principales estudios llevados a cabo sobre la situaci贸n de los refugiados en Kenia, as铆 como las leyes y pol铆ticas nacionales pertinentes.
Kenia acoge a m谩s de 500.000 refugiados. Al menos 330.000 son somal铆es, alrededor de 260.000 de los cuales est谩n en el campo de refugiados de Dadaab. Kenia ha recibido apoyo limitado de la comunidad internacional. A fecha de 31 de octubre de 2016 s贸lo se hab铆a recaudado el 38% de los 272 millones de d贸lares estadounidenses solicitados por el ACNUR para Kenia. En 2015 se reasent贸 a 5.001 personas en total desde Kenia, m谩s de 3.500 de ellas en Estados Unidos. S贸lo 671 personas refugiadas vulnerables fueron reasentadas en pa铆ses de la UE. En 2016 se han producido hasta ahora 1.648 salidas para Estados Unidos y 118 para la UE.
En los 煤ltimos a帽os, una serie de ataques de Al Shabaab —entre ellos el atentado de 2013 contra el centro comercial Westgate de Nairobi, y el de abril de 2015 contra la Universidad de Garissa—, as铆 como la presunta mejora de la situaci贸n en materia de seguridad en Somalia, ha provocado un aumento de la presi贸n de las autoridades kenianas sobre los refugiados somal铆es para que regresen.
Somalia est谩 devastada por m谩s de veinte a帽os de conflicto. Los combates entre las fuerzas del gobierno apoyadas por tropas de la Uni贸n Africana y los extremistas de Al Shabaab han generado graves violaciones de derechos humanos contra la poblaci贸n civil y devastado servicios e infraestructuras b谩sicas.
El gobierno anunci贸 en mayo que iba a cerrar el campo de refugiados —que, con m谩s de 280.000 personas, en su mayor铆a somal铆es, es el mayor del mundo— alegando problemas de seguridad, econ贸micos y ambientales, adem谩s de falta de apoyo de la comunidad internacional. Desde entonces, las autoridades del gobierno han hecho declaraciones en los medios de comunicaci贸n y visitas al campo, en las que amenazan a la gente para que se marche antes del cierre, programado para el 30 de noviembre de 2016.
“Los refugiados est谩n entre la espada y la pared. Las autoridades del gobierno kenianas les dicen que deben marcharse antes de fin de mes o los obligar谩n a hacerlo sin ninguna ayuda”, he explicado Michelle Kagari, directora adjunta de Amnist铆a Internacional para 脕frica Oriental, el Cuerno de 脕frica y los Grandes Lagos.
“Estas acciones contradicen las garant铆as que el gobierno keniano ha dado a la comunidad internacional, a la que ha asegurado que todas las repatriaciones de refugiados son voluntarias y se llevan a cabo en condiciones de seguridad y dignidad.”
Amnist铆a Internacional realiz贸 en agosto una visita de investigaci贸n a Dadaab, donde entrevist贸 a 56 personas refugiadas y mantuvo di谩logos en grupos de muestra con 35 m谩s.
Entre las personas entrevistadas hab铆a dos hermanos de 15 y 18 que hab铆an ido a Somalia en enero 2016 y regresado a Dadaab cuatro meses m谩s tarde. Dijeron que cuando llegaron a Somalia vieron matar a su padre y fueron reclutados a la fuerza por Al Shabaab. Al final escaparon y consiguieron regresar a Dadaab.
Adem谩s, Somalia, que tiene que ocuparse en la actualidad de m谩s de 1,1 millones de personas internamente desplazadas, carece de los recursos necesarios para gestionar el retorno en gran escala de refugiados de Dadaab. La falta de servicios como refugio, atenci贸n de la salud y educaci贸n es desesperada.
La mayor铆a de las personas refugiadas entrevistadas por Amnist铆a Internacional dijeron que si se marchaban era s贸lo por las amenazas de las autoridades kenianas.
Seg煤n un estudio de verificaci贸n llevado a cabo por el gobierno keniano y el ACNUR en julio y agosto, s贸lo el 25% de los refugiados afirmaban estar dispuestos a regresar. Las personas entrevistadas hablaban de amenazas de las autoridades kenianas, que les dec铆an, por ejemplo, que, si no se marchaban ya, les obligar铆an a hacerlo y perder铆an la prestaci贸n que concede el ACNUR.
Hadi, que llevaba 24 a帽os viviendo en Dadaab, dijo a Amnist铆a Internacional: “[Las autoridades kenianas] nos presionan para regresar a Somalia. Vinieron a nuestros sectores con micr贸fonos y nos dijeron: “Ten茅is que registraros para ir a Somalia [...] si no os registr谩is ahora tendr茅is que volver a pie y con vuestros hijos a cuestas.”
El mismo testimonio ofreci贸 Samira, que llevaba m谩s ocho a帽os viviendo en el campo. Dijo: “La gente cree que despu茅s de noviembre no le dar谩n el peque帽o paquete de retorno y no habr谩 transporte [...] Antes que quedarse sin transporte y sin dinero, se van.”
Kenia y la comunidad internacional no han ofrecido otras opciones a la mayor铆a de las personas refugiadas que no quieren regresar a Somalia. Algunas de las que hablaron con Amnist铆a Internacional dec铆an que no quer铆an regresar, no s贸lo por la inseguridad, sino tambi茅n por la falta de servicios b谩sicos y por temor a sufrir discriminaci贸n.
Entre las que se mostraban preocupadas por el retorno hab铆a personas con discapacidad y miembros de minor铆as, para quienes el regreso a Somalia no es una opci贸n porque no se han adoptado salvaguardias adicionales para ellas.
Mouna, madre de un ni帽o con discapacidad, dijo: “No hay centros para personas con discapacidad en Somalia. Como refugiados, estamos considerados ya lo 煤ltimo para todo. Con ni帽os con discapacidad, estaremos al final de la cola a la hora de recibir ayuda.”
Amina, mujer cuyo hijo de seis a帽os vive con albinismo, dijo: “Otra raz贸n importante por la que no quiero volver es que la gente no comprende el albinismo. Ya hay personas aqu铆 que dicen que [el ni帽o] es ileg铆timo, extranjero. Los otros ni帽os se meten con 茅l por ser diferente. S茅 que en Somalia va a ser mucho pero. Tampoco podr谩 conseguir la crema que necesita para la piel.”
La falta de apoyo internacional a Kenia, especialmente la ausencia sistem谩tica de respuesta suficiente a las peticiones de fondos y las limitadas plazas de reasentamiento para personas refugiadas vulnerables, ha contribuido a la terrible situaci贸n en que se encuentran en la actualidad los habitantes de Dadaab. S贸lo 10 pa铆ses acogen a m谩s de la mitad de los 21 millones de refugiados del mundo. Kenia es uno de ellos.
“El aumento de las restricciones de Kenia a los refugiados somal铆es se produce en un momento en que, vergonzosamente, los pa铆ses ricos no est谩n asumiendo la parte de responsabilidad que les corresponde. En vez de centrarse en devolver a los refugiados a Somalia, donde est谩n expuestos sufrir m谩s abusos contra los derechos humanos, la comunidad internacional debe esforzarse junto con Kenia para garantizar soluciones sostenibles a largo plazo”, ha afirmado Michelle Kagari.
“Entre ellas figura aumentar las plazas de reasentamiento para las personas refugiadas m谩s vulnerables; pero tambi茅n que Kenia garantice a los refugiados su derechos y busque f贸rmulas para integrarlos en comunidades de acogida y fuera de los campos, con apoyo pleno de la comunidad internacional.”
La informaci贸n que ofrecieron las personas refugiadas entrevistadas se contrast贸 con la de fuentes gubernamentales y no gubernamentales que trabajan en Dadaab y sobre pol铆ticas de refugiados. El equipo de investigaci贸n examin贸 tambi茅n los principales estudios llevados a cabo sobre la situaci贸n de los refugiados en Kenia, as铆 como las leyes y pol铆ticas nacionales pertinentes.
Kenia acoge a m谩s de 500.000 refugiados. Al menos 330.000 son somal铆es, alrededor de 260.000 de los cuales est谩n en el campo de refugiados de Dadaab. Kenia ha recibido apoyo limitado de la comunidad internacional. A fecha de 31 de octubre de 2016 s贸lo se hab铆a recaudado el 38% de los 272 millones de d贸lares estadounidenses solicitados por el ACNUR para Kenia. En 2015 se reasent贸 a 5.001 personas en total desde Kenia, m谩s de 3.500 de ellas en Estados Unidos. S贸lo 671 personas refugiadas vulnerables fueron reasentadas en pa铆ses de la UE. En 2016 se han producido hasta ahora 1.648 salidas para Estados Unidos y 118 para la UE.
En los 煤ltimos a帽os, una serie de ataques de Al Shabaab —entre ellos el atentado de 2013 contra el centro comercial Westgate de Nairobi, y el de abril de 2015 contra la Universidad de Garissa—, as铆 como la presunta mejora de la situaci贸n en materia de seguridad en Somalia, ha provocado un aumento de la presi贸n de las autoridades kenianas sobre los refugiados somal铆es para que regresen.
Somalia est谩 devastada por m谩s de veinte a帽os de conflicto. Los combates entre las fuerzas del gobierno apoyadas por tropas de la Uni贸n Africana y los extremistas de Al Shabaab han generado graves violaciones de derechos humanos contra la poblaci贸n civil y devastado servicios e infraestructuras b谩sicas.