Jorge Zavaleta Alegre.- Voces, im谩genes, palabras escritas de literatos, poetas, artistas han servido a lo largo de la historia para revelar la gravedad, el sufrimiento permanente de los desheredados de la Salud Mental sin haber logrado mucho para evitar el dolor de multitudes.
Son los trastornos depresivos, que se presentan en la actualidad como el s铆ndrome ps铆quico m谩s frecuente, tanto en la poblaci贸n general como en poblaci贸n cl铆nica.
Las Enfermedades Mentales, tal vez las patolog铆as m谩s controvertidas y discutidas de la historia de la Medicina, han despertado consideraciones m煤ltiples a lo largo de los siglos, tanto en el 谩mbito m茅dico como en la Religi贸n o la Filosof铆a, se帽alan encuestas de diferentes pa铆ses del Norte y Sur.
En el siglo XXI sigue vigente la misma visi贸n que ten铆an las antiguas civilizaciones de los desequilibrios de lo que hoy la Psiquiatr铆a conoce como alteraciones de la Salud Mental.
No obstante el desarrollo de terapias y descubrimientos de la ciencia, est谩 presente la concepci贸n m谩gico-animista o demonol贸gica de gran parte de las enfermedades, en especial de los trastornos ps铆quicos.
Es el campo de la Psicofarmacolog铆a, donde se han producido los avances m谩s significativos y trascendentes en el tratamiento de las enfermedades mentales, la revoluci贸n que supone un antes y un despu茅s en la Historia de la Psiquiatr铆a. Existe una gran variedad de psicof谩rmacos, busc谩ndose cada vez mayor eficacia y selectividad de acci贸n, con menos efectos colaterales.
Michele Roberts, novelista y jueza de un premio de literatura sobre salud mental, dijo que lo que han cambiado son las etiquetas que se utilizan para referirse a las enfermedades mentales.
"Creo que los escritores siempre han estado interesados en el funcionamiento de la mente. Hasta cierto punto, cualquier escritor decente tiene que mirar a su interior".
Los escritores siempre han estado interesados en el funcionamiento de la mente. El escritor decente tiene que mirar a su interior, se expres贸 la novelista inglesa Michele Roberts, pero no como un discurso excluyente sino como una reflexi贸n del rol de la mujer en la cultura, Ciencia, Pol铆tica, Econom铆a – Comercio, para preocuparse de la Salud Mental.
En la edad media la tristeza era concebida como un pecado. Creatividad y locura van de la mano. Diremos extravagante desde un cariz rom谩ntico, patol贸gico desde otro m谩s real. Los escritores tienen m谩s riesgo de sufrir enfermedades mentales que el grueso de la poblaci贸n, adem谩s del doble de probabilidad de suicidarse, asegura la escritora Lala Toutonian, desde M茅xico.
William Burroughs, mat贸 de un tiro a su esposa, Patti Smith, cuando estaba jugando punter铆a, y escap贸 a M茅xico.
El poeta del romanticismo franc茅s Gerard de Nerval sacaba a pasear a una langosta atada a un lazo azul por los jardines del Palais Royal de Par铆s (luego se suicidar铆a).
Conan Doyle estaba convencido que era medium y se comunicaba con 谩nimas en pena. Ezra Pound sufri贸 trastornos narcisistas que lo llevaron al hospicio por esquizofr茅nico. Serguei Yesenin, el creador del imaginismo ruso, escribi贸 un 煤ltimo poema con su propia sangre antes de ahorcarse.
Estudios del Instituto Karolinska, aseguran que los escritores tienen m谩s riesgo de sufrir ansiedad, depresi贸n y adicci贸n a sustancias que el grueso de la poblaci贸n, adem谩s del doble de probabilidad de suicidarse.
¿Por qu茅? Porque la proliferaci贸n de pensamientos ocasionados por la intenci贸n de la escritura puede desatar una desorganizaci贸n tal que puede llevar sino hasta la esquizofrenia, s铆 seguramente a la depresi贸n.
No es condici贸n sine qua non estar deprimido para escribir pero, vamos, nadie que aprecie la buena literatura elegir谩 a un escritor optimista, explica en cierto modo el psicoanalista Claudio Godoy, desde su Tristeza y depresi贸n:
"Existe un libro de Giorgio Agamben llamado Estancias donde dedica unos cap铆tulos a la tristeza en la Edad Media, en tanto ha sido una preocupaci贸n de los monjes que era concebida como un pecado. (…)
Esta idea de la tristeza como pecado, como falta moral, introduce una problem谩tica 茅tica. Sin embargo, no siempre fue vista como un problema.
Durante el romanticismo ten铆a un valor que llegaba a lindar con lo creativo. No era bueno estar demasiado alegre. Podr铆amos decir que estas referencias son las que quedan puestas de costado por el t茅rmino moderno de depresi贸n.
La depresi贸n es un t茅rmino fundamentalmente moderno y que puede ser ligado con la incidencia de los complejos procesos de convivencia en las sociedades dominadas por la locura del mercado, cuyo escaparate ofrece y promete un para铆so.
Vladimir Mayakovski pone fin a su vida de un disparo. As铆, el poeta ruso que hab铆a dedicado su obra a la revoluci贸n, se rindi贸 frente a los avatares sociales que lo oprim铆an: m茅todo (a otros no lo recomiendo), pero ya no tengo salida.”Como se dice, el incidente est谩 zanjado/ La barca amorosa var贸 en lo vulgar/ Estoy en paz con la vida./ No vale enumerar dolores, desgracias, ofensas mutuas”
Hemingway, al igual que otros, hizo lo propio con su escopeta favorita cuando el c谩ncer lo consumi贸.
El precursor del modernismo latinoamericano, el colombiano Jos茅 Asunci贸n Silva -de quien Garc铆a M谩rquez se declaraba absoluto fan- tambi茅n apret贸 el gatillo de su Smith & Wesson tras consultar con su m茅dico el lugar exacto del coraz贸n para no fallar.
Es su muerte la que inspira la del Coronel Aureliano Buend铆a en uno de los pasajes de Cien a帽os de soledad: "All铆 se quit贸 la camisa, se sent贸 en el borde del catre, y a las tres y cuarto de la tarde se dispar贸 un tiro de pistola en el c铆rculo de yodo que su m茅dico personal le hab铆a pintado en el pecho", homenajear谩 Gabo.
El enorme Foster Wallace hizo lo impensable: se ahorc贸. Virginia Woolf se llen贸 los bolsillos de piedras y se hundi贸 en un r铆o ingl茅s mientras nuestra Alfonsina Storni se adentr贸 en el mar para no volver y Paul Celan se ahog贸 en Francia.
Sylvia Plath aspir贸 el gas del horno no sin antes dejar prestos dos tazones de leche y pan con manteca para sus hijos.
Ernst Weiss se cort贸 las venas mientras ve铆a desde la ventana de un hotel franc茅s la entrada de las tropas nazis.
Alejandra Pizarnik dej贸 todo su dolor en su poes铆a y se llen贸 de antidepresivos, como el poeta Cesare Pavese a quien el peso existencial tras el desamor no le permiti贸 continuar.
Edgar Allan Poe, el torturad铆simo y morfin贸mano, tras una vida dedicada en alcohol, intent贸 suicidarse con l谩udano tras la muerte de su esposa.
Tolstoi sufr铆a depresi贸n -se reprochaba no haber tenido el valor de suicidarse-, Kafka igual (adem谩s de insoportables migra帽as, insomnio, ansiedad).
Stevenson ten铆a problemas pulmonares y consum铆a coca铆na con los fines m茅dicos t铆picos de la 茅poca pero acab贸 adicto. Baudelaire consum铆a grandes cantidades de hachis como bien se puede apreciar en Los para铆sos artifciales.
"Human Traces" (Rastros Humanos) la 煤ltima novela del escritor ingl茅s Sebasti谩n Faulks deja a un lado sus temas recurrentes, el amor y la guerra, para explorar la esquizofrenia -o locura, como se le llamaba entonces- a finales de la 茅poca victoriana.
"Mi objetivo como novelista al examinar estos temas, es ver qu茅 nos pueden decir sobre la humanidad y sobre el modo en que nuestras mentes funcionan en la salud y en la enfermedad", explic贸 el autor.
Ya en los tiempos de William Shakespeare el tema se trataba con relativa frecuencia, y hasta varios de los personajes m谩s famosos del escritor, como el Rey Lear y Lady Macbeth, llegaron a la locura a trav茅s del dolor o la ambici贸n.
"Lo que pasa es que hace 100 a帽os no ten铆amos t茅rminos como problemas de salud mental", explic贸 Roberts. "En su lugar, los escritores exploraban la tristeza y el dolor y c贸mo los humanos los soportan".
Seg煤n Roberts, con el tiempo los novelistas han comenzado a estudiar 谩reas particulares de la salud mental, como por ejemplo el autismo, tratado en el libro El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon.
"Creo que refleja los cambios de la sociedad", dijo. "Muchas mujeres est谩n criando ni帽os con autismo, as铆 que no me sorprende que los novelistas escriban sobre eso".
Sin embargo, Roberts, quien adem谩s es profesora de composici贸n creativa en la Universidad de East Anglia, puntualiz贸 que son precisamente algunos de los libros menos conocidos los que conforman los mejores ejemplos de escritura sobre problemas de salud mental.
En arte, al retratar a enfermos con problemas mentales es muy f谩cil caer en el estereotipo de que son peligrosos y violentos.
La representaci贸n detallada de este tipo de enfermedades es esencial si es que la sociedad quiere ir m谩s all谩 de los estereotipos que ofrecen las series televisivas.
"La literatura puede tener un impacto enorme. Las novelas de Sebastian Faulks han vendido millones (de ejemplares) as铆 que se puede imaginar el impacto que podr铆an tener", dijo Paul Corry, de la ONG para salud mental Rethink.
"Ciertamente parece haber hecho una buena investigaci贸n. Convers贸 bastante con una mujer con esquizofrenia con la que lo pusimos en contacto. Creo que todo eso se refleja en el libro", revel贸.
Seg煤n Corry, una novela que a menudo se pone como ejemplo de la pobreza con que algunos autores abordan el tema es American Psycho, de Bret Easton Ellis, una historia en la que un ejecutivo de Wall Street inicia una matanza indiscriminada.
Pero no s贸lo son libros recientes los que han dado una idea poco acertada de los problemas mentales.
Marjorie Wallace, de la organizaci贸n Sane, dijo que algunos de los grandes escritores de la historia han tenido dificultades. "Si se mira a los m谩s famosos escritores ingleses, muchos de ellos han tratado el tema y fracasaron. Charles Dickens, Charlote Bronte y Shakespeare tuvieron caracteres con problemas mentales, pero nunca explicaron por qu茅". Seg煤n algunos, el extra帽o caso del doctor Jekyll y mister Hyde ha perpetuado estereotipos.
"En Jane Eyre, por ejemplo. Es claro que la se帽ora Roche est谩 loca, pero Bronte nunca se preocupa por profundizar un poco y contarnos por qu茅 ella es as铆".
Mario Benedeti escribi贸: ¡Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando EL ABURRIMIENTO hab铆a bostezado por tercera vez, LA LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos al escondite?....
Uno, dos, tres… comenz贸 a contar LA LOCURA.
La primera en esconderse fue LA PEREZA, que como siempre se dej贸 caer tras la primera piedra del camino.
Cuando LA LOCURA contaba 999.999, EL AMOR a煤n no se hab铆a encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado…hasta que encontr贸 un rosal y enternecido decidi贸 esconderse entre sus flores.
Un mill贸n, – cont贸 LA LOCURA- y comenz贸 a buscar.
La primera en aparecer fue LA PEREZA s贸lo a tres pasos de una piedra.
Despu茅s se escuch贸 a LA FE discutiendo con DIOS en el cielo sobre teolog铆a y a LA PASI脫N y EL DESEO los sinti贸 en el vibrar de los volcanes.
En un descuido encontr贸 a LA ENVIDIA y claro, pudo deducir donde estaba EL TRIUNFO. As铆 fue encontrando a todos, EL TALENTO entre la hierba fresca, a LA ANGUSTIA en una oscura cueva, a LA MENTIRA detr谩s del arcoiris (mentira, si ella estaba en el fondo del oc茅ano) y hasta EL OLVIDO…que ya se le hab铆a olvidado que estaban jugando al escondite, pero s贸lo EL AMOR no aparec铆a por ning煤n sitio, LA LOCURA busc贸 detr谩s de cada 谩rbol, cada arroyuelo del planeta, en la cima de las monta帽as y cuando estaba por darse por vencida divis贸 un rosal y las rosas. Las espinas hab铆a herido en los ojos AL AMOR; LA LOCURA no sab铆a qu茅 hacer para disculparse, llor贸, implor贸, pidi贸 perd贸n y hasta prometi贸 ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jug贸 al escondite en la tierra…
Son los trastornos depresivos, que se presentan en la actualidad como el s铆ndrome ps铆quico m谩s frecuente, tanto en la poblaci贸n general como en poblaci贸n cl铆nica.
Las Enfermedades Mentales, tal vez las patolog铆as m谩s controvertidas y discutidas de la historia de la Medicina, han despertado consideraciones m煤ltiples a lo largo de los siglos, tanto en el 谩mbito m茅dico como en la Religi贸n o la Filosof铆a, se帽alan encuestas de diferentes pa铆ses del Norte y Sur.
En el siglo XXI sigue vigente la misma visi贸n que ten铆an las antiguas civilizaciones de los desequilibrios de lo que hoy la Psiquiatr铆a conoce como alteraciones de la Salud Mental.
No obstante el desarrollo de terapias y descubrimientos de la ciencia, est谩 presente la concepci贸n m谩gico-animista o demonol贸gica de gran parte de las enfermedades, en especial de los trastornos ps铆quicos.
Es el campo de la Psicofarmacolog铆a, donde se han producido los avances m谩s significativos y trascendentes en el tratamiento de las enfermedades mentales, la revoluci贸n que supone un antes y un despu茅s en la Historia de la Psiquiatr铆a. Existe una gran variedad de psicof谩rmacos, busc谩ndose cada vez mayor eficacia y selectividad de acci贸n, con menos efectos colaterales.
Michele Roberts, novelista y jueza de un premio de literatura sobre salud mental, dijo que lo que han cambiado son las etiquetas que se utilizan para referirse a las enfermedades mentales.
"Creo que los escritores siempre han estado interesados en el funcionamiento de la mente. Hasta cierto punto, cualquier escritor decente tiene que mirar a su interior".
Los escritores siempre han estado interesados en el funcionamiento de la mente. El escritor decente tiene que mirar a su interior, se expres贸 la novelista inglesa Michele Roberts, pero no como un discurso excluyente sino como una reflexi贸n del rol de la mujer en la cultura, Ciencia, Pol铆tica, Econom铆a – Comercio, para preocuparse de la Salud Mental.
En la edad media la tristeza era concebida como un pecado. Creatividad y locura van de la mano. Diremos extravagante desde un cariz rom谩ntico, patol贸gico desde otro m谩s real. Los escritores tienen m谩s riesgo de sufrir enfermedades mentales que el grueso de la poblaci贸n, adem谩s del doble de probabilidad de suicidarse, asegura la escritora Lala Toutonian, desde M茅xico.
William Burroughs, mat贸 de un tiro a su esposa, Patti Smith, cuando estaba jugando punter铆a, y escap贸 a M茅xico.
El poeta del romanticismo franc茅s Gerard de Nerval sacaba a pasear a una langosta atada a un lazo azul por los jardines del Palais Royal de Par铆s (luego se suicidar铆a).
Conan Doyle estaba convencido que era medium y se comunicaba con 谩nimas en pena. Ezra Pound sufri贸 trastornos narcisistas que lo llevaron al hospicio por esquizofr茅nico. Serguei Yesenin, el creador del imaginismo ruso, escribi贸 un 煤ltimo poema con su propia sangre antes de ahorcarse.
Estudios del Instituto Karolinska, aseguran que los escritores tienen m谩s riesgo de sufrir ansiedad, depresi贸n y adicci贸n a sustancias que el grueso de la poblaci贸n, adem谩s del doble de probabilidad de suicidarse.
¿Por qu茅? Porque la proliferaci贸n de pensamientos ocasionados por la intenci贸n de la escritura puede desatar una desorganizaci贸n tal que puede llevar sino hasta la esquizofrenia, s铆 seguramente a la depresi贸n.
No es condici贸n sine qua non estar deprimido para escribir pero, vamos, nadie que aprecie la buena literatura elegir谩 a un escritor optimista, explica en cierto modo el psicoanalista Claudio Godoy, desde su Tristeza y depresi贸n:
"Existe un libro de Giorgio Agamben llamado Estancias donde dedica unos cap铆tulos a la tristeza en la Edad Media, en tanto ha sido una preocupaci贸n de los monjes que era concebida como un pecado. (…)
Esta idea de la tristeza como pecado, como falta moral, introduce una problem谩tica 茅tica. Sin embargo, no siempre fue vista como un problema.
Durante el romanticismo ten铆a un valor que llegaba a lindar con lo creativo. No era bueno estar demasiado alegre. Podr铆amos decir que estas referencias son las que quedan puestas de costado por el t茅rmino moderno de depresi贸n.
La depresi贸n es un t茅rmino fundamentalmente moderno y que puede ser ligado con la incidencia de los complejos procesos de convivencia en las sociedades dominadas por la locura del mercado, cuyo escaparate ofrece y promete un para铆so.
Vladimir Mayakovski pone fin a su vida de un disparo. As铆, el poeta ruso que hab铆a dedicado su obra a la revoluci贸n, se rindi贸 frente a los avatares sociales que lo oprim铆an: m茅todo (a otros no lo recomiendo), pero ya no tengo salida.”Como se dice, el incidente est谩 zanjado/ La barca amorosa var贸 en lo vulgar/ Estoy en paz con la vida./ No vale enumerar dolores, desgracias, ofensas mutuas”
Hemingway, al igual que otros, hizo lo propio con su escopeta favorita cuando el c谩ncer lo consumi贸.
El precursor del modernismo latinoamericano, el colombiano Jos茅 Asunci贸n Silva -de quien Garc铆a M谩rquez se declaraba absoluto fan- tambi茅n apret贸 el gatillo de su Smith & Wesson tras consultar con su m茅dico el lugar exacto del coraz贸n para no fallar.
Es su muerte la que inspira la del Coronel Aureliano Buend铆a en uno de los pasajes de Cien a帽os de soledad: "All铆 se quit贸 la camisa, se sent贸 en el borde del catre, y a las tres y cuarto de la tarde se dispar贸 un tiro de pistola en el c铆rculo de yodo que su m茅dico personal le hab铆a pintado en el pecho", homenajear谩 Gabo.
El enorme Foster Wallace hizo lo impensable: se ahorc贸. Virginia Woolf se llen贸 los bolsillos de piedras y se hundi贸 en un r铆o ingl茅s mientras nuestra Alfonsina Storni se adentr贸 en el mar para no volver y Paul Celan se ahog贸 en Francia.
Sylvia Plath aspir贸 el gas del horno no sin antes dejar prestos dos tazones de leche y pan con manteca para sus hijos.
Ernst Weiss se cort贸 las venas mientras ve铆a desde la ventana de un hotel franc茅s la entrada de las tropas nazis.
Alejandra Pizarnik dej贸 todo su dolor en su poes铆a y se llen贸 de antidepresivos, como el poeta Cesare Pavese a quien el peso existencial tras el desamor no le permiti贸 continuar.
Edgar Allan Poe, el torturad铆simo y morfin贸mano, tras una vida dedicada en alcohol, intent贸 suicidarse con l谩udano tras la muerte de su esposa.
Tolstoi sufr铆a depresi贸n -se reprochaba no haber tenido el valor de suicidarse-, Kafka igual (adem谩s de insoportables migra帽as, insomnio, ansiedad).
Stevenson ten铆a problemas pulmonares y consum铆a coca铆na con los fines m茅dicos t铆picos de la 茅poca pero acab贸 adicto. Baudelaire consum铆a grandes cantidades de hachis como bien se puede apreciar en Los para铆sos artifciales.
"Human Traces" (Rastros Humanos) la 煤ltima novela del escritor ingl茅s Sebasti谩n Faulks deja a un lado sus temas recurrentes, el amor y la guerra, para explorar la esquizofrenia -o locura, como se le llamaba entonces- a finales de la 茅poca victoriana.
"Mi objetivo como novelista al examinar estos temas, es ver qu茅 nos pueden decir sobre la humanidad y sobre el modo en que nuestras mentes funcionan en la salud y en la enfermedad", explic贸 el autor.
Ya en los tiempos de William Shakespeare el tema se trataba con relativa frecuencia, y hasta varios de los personajes m谩s famosos del escritor, como el Rey Lear y Lady Macbeth, llegaron a la locura a trav茅s del dolor o la ambici贸n.
"Lo que pasa es que hace 100 a帽os no ten铆amos t茅rminos como problemas de salud mental", explic贸 Roberts. "En su lugar, los escritores exploraban la tristeza y el dolor y c贸mo los humanos los soportan".
Seg煤n Roberts, con el tiempo los novelistas han comenzado a estudiar 谩reas particulares de la salud mental, como por ejemplo el autismo, tratado en el libro El curioso incidente del perro a medianoche, de Mark Haddon.
"Creo que refleja los cambios de la sociedad", dijo. "Muchas mujeres est谩n criando ni帽os con autismo, as铆 que no me sorprende que los novelistas escriban sobre eso".
Sin embargo, Roberts, quien adem谩s es profesora de composici贸n creativa en la Universidad de East Anglia, puntualiz贸 que son precisamente algunos de los libros menos conocidos los que conforman los mejores ejemplos de escritura sobre problemas de salud mental.
En arte, al retratar a enfermos con problemas mentales es muy f谩cil caer en el estereotipo de que son peligrosos y violentos.
La representaci贸n detallada de este tipo de enfermedades es esencial si es que la sociedad quiere ir m谩s all谩 de los estereotipos que ofrecen las series televisivas.
"La literatura puede tener un impacto enorme. Las novelas de Sebastian Faulks han vendido millones (de ejemplares) as铆 que se puede imaginar el impacto que podr铆an tener", dijo Paul Corry, de la ONG para salud mental Rethink.
"Ciertamente parece haber hecho una buena investigaci贸n. Convers贸 bastante con una mujer con esquizofrenia con la que lo pusimos en contacto. Creo que todo eso se refleja en el libro", revel贸.
Seg煤n Corry, una novela que a menudo se pone como ejemplo de la pobreza con que algunos autores abordan el tema es American Psycho, de Bret Easton Ellis, una historia en la que un ejecutivo de Wall Street inicia una matanza indiscriminada.
Pero no s贸lo son libros recientes los que han dado una idea poco acertada de los problemas mentales.
Marjorie Wallace, de la organizaci贸n Sane, dijo que algunos de los grandes escritores de la historia han tenido dificultades. "Si se mira a los m谩s famosos escritores ingleses, muchos de ellos han tratado el tema y fracasaron. Charles Dickens, Charlote Bronte y Shakespeare tuvieron caracteres con problemas mentales, pero nunca explicaron por qu茅". Seg煤n algunos, el extra帽o caso del doctor Jekyll y mister Hyde ha perpetuado estereotipos.
"En Jane Eyre, por ejemplo. Es claro que la se帽ora Roche est谩 loca, pero Bronte nunca se preocupa por profundizar un poco y contarnos por qu茅 ella es as铆".
Mario Benedeti escribi贸: ¡Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando EL ABURRIMIENTO hab铆a bostezado por tercera vez, LA LOCURA, como siempre tan loca, les propuso: ¿Jugamos al escondite?....
Uno, dos, tres… comenz贸 a contar LA LOCURA.
La primera en esconderse fue LA PEREZA, que como siempre se dej贸 caer tras la primera piedra del camino.
Cuando LA LOCURA contaba 999.999, EL AMOR a煤n no se hab铆a encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado…hasta que encontr贸 un rosal y enternecido decidi贸 esconderse entre sus flores.
Un mill贸n, – cont贸 LA LOCURA- y comenz贸 a buscar.
La primera en aparecer fue LA PEREZA s贸lo a tres pasos de una piedra.
Despu茅s se escuch贸 a LA FE discutiendo con DIOS en el cielo sobre teolog铆a y a LA PASI脫N y EL DESEO los sinti贸 en el vibrar de los volcanes.
En un descuido encontr贸 a LA ENVIDIA y claro, pudo deducir donde estaba EL TRIUNFO. As铆 fue encontrando a todos, EL TALENTO entre la hierba fresca, a LA ANGUSTIA en una oscura cueva, a LA MENTIRA detr谩s del arcoiris (mentira, si ella estaba en el fondo del oc茅ano) y hasta EL OLVIDO…que ya se le hab铆a olvidado que estaban jugando al escondite, pero s贸lo EL AMOR no aparec铆a por ning煤n sitio, LA LOCURA busc贸 detr谩s de cada 谩rbol, cada arroyuelo del planeta, en la cima de las monta帽as y cuando estaba por darse por vencida divis贸 un rosal y las rosas. Las espinas hab铆a herido en los ojos AL AMOR; LA LOCURA no sab铆a qu茅 hacer para disculparse, llor贸, implor贸, pidi贸 perd贸n y hasta prometi贸 ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jug贸 al escondite en la tierra…