Amy Goodman y Denis Moynihan El largo historial del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de denigrar a las personas migrantes está alcanzando una peligrosa y probablemente violenta escalada al nominar para puestos clave en su gabinete y equipo de Gobierno a supremacistas blancos simpatizantes del movimiento extremista “Estados Unidos Primero”. Uno de los pilares de la campaña de Trump fue su promesa de deportar a al menos doce millones de personas, a las que se refiere como “ilegales”. La victoria electoral de Trump ha hecho subir el valor de las acciones de las empresas penitenciarias privadas, pero también ha impulsado a los movimientos populares a organizarse para resistir las políticas despiadadas del presidente electo. Mitin de Donald Trump. Democracy Now! El 27 de octubre, en el mitin racista que encabezó en el Madison Square Garden de Nueva York, Trump expresó: “Estados Unidos es ahora un país ocupado, […] dentro de nueve días será el Día de la Liberación de Estado